PORTALES | ESPEJO


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«Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño está en quien no la sabe».


— Miguel de Cervantes

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PORTALES


ESPEJO

El experimento no salió como esperaba, al principio, creí que se trataba de una falla de nuestra realidad, y que la paciente se encontraba deambulando sobre la brecha de dicho error, pero me equivoqué, ocurrió mejor de lo que esperaba; era extraño pensar que la fisura podía transportar a la materia de esa manera. Cuando vi a Emily por primera vez, supe que era la indicada. Su actitud distante y casi imperceptible ante las sensaciones la convirtieron en el sujeto perfecto. Ella era lo que faltaba para completar el experimento.

Me encargué de la parte neurológica de Emily, era fundamental para nosotros que todas sus neuronas trabajaran estables durante el proceso. No hubo anomalía en ningún momento, Emily parecía estar sumida siempre en completo sosiego. Tanto era su necesidad de hacer esto, que la dejábamos transitar con libertar por los pasillos del edificio. ¿Qué quería conseguir ella con esto y por qué? Me lo pregunté miles de veces, su sola presencia me intrigaba causándome mucha curiosidad.

Ernesto me decía que Emily lo que buscaba con esto era una manera muy atroz y poética de suicidio. Cavilaba a cada rato en un rincón, conteniendo toda su paciencia. Ella no podía esperar el momento de volver a encontrarse con aquella voz que tanto la invocaba. Las historias de Ernesto parecían de locura. Espeté sus teorías con burlas y frases llenas de incredulidades. Proseguí con mi trabajo analizando los estudios de sondas que extraía de Emily; nada fuera de lo común, como siempre.

La noche antes del experimento final, Emily se acercó a mí en mi lugar de trabajo, parecía estar dominada por un trance, y su presencia tranquila, la cual era normal en ella, pasaba tan desapercibida que me daba la sensación de estar en presencia de un fantasma.

—Doctor, sé que usted ha trabajado tanto conmigo al igual que sus colegas y esperan que haga algo extraordinario, pero las cosas no van a ocurrir como ustedes quieren. —La miré sorprendido, buscando sentido a sus palabras. Me acomodé en mi silla e incliné mi cuerpo acercándome hacia ella.

—Entonces si era cierto, Emily, no estás aquí con nosotros para contribuir al proyecto como colocaste en tu informe de admisión, nos estás usando para llegar por este medio a «Él», que sabrá Dios lo que es. ¿Piensas que lograrás salirte con la tuya? ¿Cómo sabes si él solo quiere usarte?

Emily agachó la cabeza por unos segundos, quizás pensando por un instante sobre mis preguntas, luego la alzó esbozando una sonrisa tierna y leve. Jamás la había visto sonreír, y he de confesar que dicho ademán me transmitió escalofríos viniendo de alguien que por muchos años consideré ausente de expresiones.

—Créame doctor, que si Él no me hubiese llamado no estuviese aquí. Sé con exactitud lo que busca, si a mí no me quisiera, ya me hubiera ido hace mucho tiempo.

Y luego se esfumó, deslizándose por el pasillo con los pies descalzos. Quedé algo sorprendido, pero bastante interesado. Quería saber si de verdad Emily era la elegida para cruzar el portal.

En la mañana del día siguiente, todos estábamos excitados y nerviosos, a excepción de Emily quien se encontraba serena frente al gran espejo, el último portal que lleva al mundo de Él. Las turbinas comenzaron a arrancar, la energía alimentaba los marcos interestructurales del gran espejo. Una secuencia de destellos empezaron a fusionarse creando una gran entrada. Emily se quedó inerte observando, comenzó a dar pasos hacia adelante.

El vocero le daba instrucciones a la muchacha, pero esta parecía no escuchar. Ernesto comenzó a ver todo con mala espina, pidió que detuviéramos el proceso; gritó varias veces pero ninguno de nosotros lo escuchó. Yo estaba atrapado por la curiosidad que el evento me producía, no aparté la mirada en ningún instante. Emily se acercaba cada vez más, estaba a punto de tocar la aurora.

De repente, una mano colosal y oscura, pintada con el plasma del universo tomó a Emily en un parpadeo, y en un segundo pestañeo la jaló adentro del portal, dejando solo un sonido estruendoso. Los electrogramas se dispararon, la energía que se movía en el ambiente era demasiado volátil e inestable. Varios circuitos explotaron, causando a su vez que se fundieran los fusibles. Quedamos a oscuras pero afortunadamente la energía de reserva nos devolvió la luz. Repentinamente escuchamos una risa, era de Emily, pude identificarla al instante. Era lo que esperaba pues después de tantos años al fin pudimos escucharla sonreír.

FIN


Escrito por @universoperdido. 11 de Marzo del 2021


La foto de portada es de mi propiedad, tomada con un celular moto e4 y editada con PhotoScape y Snapseed.

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