PORTALES | TERRORIA


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«Hay quienes pierden la mente por completo para ser alma: locos. Hay quienes pierden el alma por completo para ser mente: intelectuales. Hay quienes pierden ambos para ser aceptados».


— Charles Bukowski

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PORTALES


TERRORIA

— ¡Rápido Raquel, corre, no mires atrás! —Grité a mi compañera jalándola del brazo. Ella jadeaba asustada mientras recorríamos el túnel. Las luces titilaban por la inmensa expansión de energía que hubo hace unos minutos, dejando la electricidad inestable.

Entramos a una compuerta que nos llevó a una gran habitación atestada de cadáveres; colegas que murieron a causa de las esporas ponzoñosas liberadas por aquellos capullos. La situación se salió de control. La base hexagonal se había convertido en una necrópolis de terror. Raquel y yo nos escondimos debajo de una gran mesa rectangular esperando no ser encontrados por aquello que, accidentalmente, fue liberado.

—Aquí estaremos seguros por un rato, pero debemos irnos pronto. —Le dije a Raquel en tono susurrante.

— ¡Federico tienes que decirme ya a que nos estamos enfrentando! —Espetó Raquel con la voz trémula.

Raquel era una colega científica que había llegado a la base hexagonal semanas antes de que comenzara a gestarse esta tragedia. Fue llamada para estudiar la singularidad de los minerales extraterrestres que habían sido infestados por la energía iónica de la zona del meteorito. Sus conocimientos dentro del campo de la mineralogía astro espacial la convirtieron en una de las científicas más calificadas para este campo, algo muy impresionante para ser una mujer tan joven y un tanto insegura en sus relaciones laborales.

—Esas rocas que estudiábamos, —Le expliqué—, no eran simplemente formaciones transmutadas por un factor externo, sino capullos que albergaban seres alienígenos en su interior. No te diste cuenta de ello porque los mismos agentes de la base hexagonal se encargaban de ocultar los resultados más reveladores de tu trabajo, e hicieron parecer que estabas investigando una nueva anomalía terrestre. Es así como el gobierno nos usa para luego desecharnos si ya no le somos útiles.

— ¿Pero cómo sabes todo eso? —Respondió Raquel sorprendida.

—Porque soy muy orgulloso con mi trabajo y la curiosidad me conllevó a indagar más. Y qué bueno que lo hice Raquel, porque si no, estaríamos igual de muertos como ellos a causa de la propagación de las esporas.

— ¿Y cómo hiciste para protegernos de las toxinas?

—Utilicé estas cápsulas que contienen «Tolidium». —Aseveré enseñándole una de ellas. —Sé que piensas que fue arriesgado ya que contienen un componente sumamente letal, pero he podido neutralizarlo con eficacia gracias a una solución que preparé mucho antes de que esta catástrofe ocurriera.

— ¿Qué? ¡¿Pero cómo hiciste que tomara una!? —Preguntó Raquel sorprendida.

—Fue hace dos días, la coloqué en tu limonada matutina mientras no veías. Tuve suerte que no la notaras ya que usas mucho hielo y, la capsula al transparente, pasó desapercibida.

—Pero no entiendo Federico, ¿por qué solo a mí?, ¿por qué no lo usaste con nuestros demás colegas?

—Porque eres la única que puede ayudarme a salir de aquí, además solo preparé tres y la tercera es en caso de emergencia, ¿alguna otra pregunta? No podemos quedarnos aquí mucho tiempo o nos encontrarán.

Raquel agachó los hombros y guardó silencio. Sus brazos temblaban y su rostro estaba pálido y exhorto a un ataque de nervios. Un ruido pesado y estruendoso comenzó a escucharse cada vez más cerca. Hice señas a Raquel de que guardara completo silencio y esta se quedó inerte como una estatua.

Ninguno de los dos nos atrevimos a asomarnos, aquellos fueron los minutos más terroríficos de mi vida. El único ruido que expedía la criatura era tan brutal que sentía que el alma fuera abandonar mi cuerpo, y aunque Raquel estaba peor que yo, hizo un gran trabajo manteniendo completamente la calma. Después de unos minutos, quedamos sumidos en completo silencio. La criatura pareció haberse esfumado finalmente.

—Tenemos que ir a la sala de control que está a la vuelta del pasillo siguiente, allí podremos monitorear las cámaras de seguridad y trazar un plan para escapar. —Le propuse mientras hablaba en voz baja. Ella asintió y sigilosa fue a echar un vistazo, y al ver la zona completamente inerte, me miró a los ojos y ambos nos cargamos de valor.

Nos dirigimos casi en cuclillas hacia la puerta dando al pasillo. Nos fijamos en la esquina siguiente asegurándonos que estuviera segura, y en pasos agigantados nos adentramos hacia la sala de control. Después de cerrar la puerta con varios seguros exhalamos un fuerte suspiro de alivio, pero sabíamos que no podíamos relajarnos.

Raquel se sentó inmediatamente en la silla y comenzó a analizar cada pasillo y habitación de la base, incluso los caminos que dirigían hacia las salidas de emergencia. Una de ellas, la más cercana, parecía ser la más viable, hasta que; lacerándonos con horror, una figura negra y monstruosa comenzó a moverse de un lado a otro.

— ¿Pero que es eso? —Preguntó Raquel con espanto. —La criatura no poseía ojos en su cabeza y su cuerpo era grueso como el tronco de un árbol. Su piel parecía áspera y estaba llena de cráteres. Sus brazos y piernas eran anchos y caminaba en cuatro patas. Su boca era como un gran pozo oscuro lleno de dientes en forma de espiral, los cuales salían de sus fauces como un gran taladro penetrante.

—Eso fue lo que salió del capullo pétreo. —Aseguré—. Pero al parecer solamente hay uno y ese debe ser con el que casi nos topamos hace rato.

— ¡Es imposible! —Exclamó Raquel—Fueron varias rocas las que estudié y todas poseían el mismo grado de desbalance, así que todos debieron haber nacido al mismo tiempo.

De repente, la puerta de la sala de control comenzó a ser azotada brutalmente. Raquel y yo del espanto, nos echamos para atrás observando impresionados lo que se avecinaba. Un gran taladro de colmillos y molares filosos penetró el portal siendo destruido totalmente. Varias de esas criaturas entraron a la sala despidiendo chillidos de terror. Y allí, con la última vista de mis ojos, vislumbré un gran cuerpo grotesco que se abalanzaba hacia nosotros.

FIN


Escrito por @universoperdido. 09 de Marzo del 2021


La foto de portada es de mi propiedad, tomada con un celular moto e4 y editada con PhotoScape y Snapseed.

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Relatos anteriores de la serie Portales

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