Concurso de minicuentos en homenaje a Cortázar de Literatos | Atrapado por siempre en la oscuridad de su mente

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De ThomasWolter | Pixabay

No era muy común ver tiendas antiguas en la ciudad. Sin embargo, allí había una y era la que más curiosidad generaba. No tenía decoración, tampoco luces. Pero en su interior se encontraba el enigma en su mayor expresión.

Se decía que al pasar por la vereda uno podía sentir su cuerpo estremecerse sin razón aparente. Que creaban un sentimiento desconocido. Ciertas energías negativas inundaban el alma en angustia y terror. ¿Quién sino, alguien poco cuerdo se atrevería a entrar allí? Para ese entonces encontramos quién.

Oliver era un joven de unos 25 años de edad, que en su juventud, se atrevió a vivir su vida con cierta adrenalina. Era amante de deportes extremos y como tal, donde hubiese peligro, allí debería estar.

La mayoría de veces hacia caso omiso a las advertencias de sus amigos. Pero esta vez, no hubo advertencia. Esa tarde se dirigió a la tienda con la intención de saciar su curiosidad. Claramente quienes lo acompañaban sentían que algo andaba mal con el lugar, por lo que siguieron caminando despidiéndolo con un "nos vemos luego". Al entrar allí, una campanilla hizo sonar el ambiente. El aire dentro desprendía un olor fétido que demostraba la falta de cuidado y limpieza, incluso denotaba el paso del tiempo que iba acompañado por objetos de un siglo no definido.

Al fondo de esa sala se podía observar la luz de unas velas que iluminaban tenuemente el rostro de quien sería una anciana. Acercarse no era ningún inconveniente, pero en el transcurso, maderas clavadas en puertas y ventanas acontecían algo tenebroso por saber. Ella era una vidente, casi en sus últimos suspiros de vida. Oliver se acercó y preguntó a la anciana —¿Cuál es mi temor? A lo cual no obtuvo respuestas más que un largo y agitado suspiro. Él pensó que se trataba de una vieja más con problemas mentales pero en lo que se retiraba del lugar escucha... —¡Vivir entre la muerte!

Es entonces que todo a su alrededor se oscureció y sólo se halló a sí mismo tendido en el espacio de una total oscuridad. Para siempre jamás.


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  • Esta fue una participación en el concurso homenaje a Cortázar de Literatos. Para más información visitar el post original.
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