Mis amigos de la colmena, les saludo como siempre con alegría y cariño. Hoy comparto con ustedes mi entrada al concurso propuesto por @ fuerza-hispana titulado "El Espejo", por acá les dejo las pautas
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It is November 10, 1421, it is two o'clock in the morning, everyone is already asleep in the castle, Jade is sitting by the glass of her window where she sees the highest tower, which she liked to climb in her adolescence to watch the waves of the sea break on the rocks with the momentum that she herself felt burning in her blood. In her twenties she went up once to contemplate the horizon at sunset.
It is 2:30 a.m. She has put on her white cloak, and has opened the door of her bedroom, the storm has gained strength, the lightning flashes are like whips on this cold night, the powerful thunder rumbles in the solitude, but determined Jade has begun to walk through the deserted corridors, immersed in her memories.
It was that afternoon in the tower where she spoke to him, her voice came suddenly while the sun was setting in all its splendor shading the sky. Jade did not feel fear, it was not the first time she felt her presence, her subtle dialogues could well be confused with the murmur of her own feverish thoughts, but that afternoon, she heard her clearly articulate the fateful question, just as the day was dying, she asked: what are you afraid of?
The wind blows hard, cutting itself as it crashes against the regal walls, splitting into chilling noises, into ultra-grave whistles that shiver the night and scratch the white cloak, but Jade moves forward, has reached the foot of the stairs and begins to climb without looking sideways.
What are you afraid of? - said the voice that evening, death or senescence, the peak of all sunsets? Jade turned towards the voice, approached its frame, looked directly into the eyes of the being that spoke to her and said categorically: "I prefer death! She contemplated the face of her interlocutor, her freshness, her clear skin and her burning eyes, like two inextinguishable flames, she turned her head back to see the horizon again, the day had died, she wrote a date and a time on the wall at random and went down the stairs which she had never gone up again until tonight.
Today, twenty years later, she goes up the dreaded stairs again, which bring her closer to the prophetic outcome, opens the rusty door, closes it behind her, the balcony immense as always seems like a stone mouth open to the unknown. Lightning continues to strike the night. The effect of lightning, has shown hanging on the wall, the bearer of that voice, the mirror, Jade approaches little by little, the light of a new lightning illuminates it, she has seen her face in it, she is still very beautiful, on the right side on the wall, in her handwriting in indelible ink, a date: November tenth, 1421, 3 a.m. a monstrous thunder nailed a dagger in her nerves of steel, a cold wave ran down her back bristling all her skin, the woman in the mirror wanted to scream in terror, in the door a powerful and tenebrous blow resounded, Jade stood upright, swallowing the voice of her reflection, silencing forever the tenacious soliloquy that today was taking her to see herself face to face with death.
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Es 10 de noviembre de 1421, son las dos de la mañana, ya todos duermen en el castillo, Jade está sentada junto al cristal de su ventana en donde divisa la torre más alta, a la que le gustaba subir en su adolescencia a contemplar las olas del mar romper en las rocas con el ímpetu que ella misma sentía arder en su sangre. A sus veinte años subió una vez a contemplar el horizonte al caer la tarde.
Son las 2:30 a.m. se ha colocado su blanca capa, y ha abierto la puerta de su alcoba, la tormenta ha cobrado fuerza, los relámpagos certeros son como latigazos esta noche fría, los potentes truenos retumban en la soledad, pero decidida Jade ha comenzado a caminar por lo corredores desiertos, sumida en sus recuerdos.
Fue aquella tarde en la torre donde ella le habló, su voz llegó de pronto mientras el sol se ponía en todo su esplendor matizando el cielo. Jade no sintió miedo, no era la primera vez que sentía su presencia, sus diálogos sutiles podían bien confundirse con el murmullo del propio pensamiento febril, pero esa tarde, la escuchó articular claramente la pregunta fatídica, justo mientras moría el día, preguntó: ¿a qué le temes?
El viento sopla fuerte cortándose al estrellar contra las paredes regías dividiéndose en ruidos escalofriantes, en silbidos de ultra tumba que hacen temblar la noche y arañan la capa blanca, pero Jade avanza, ha llegado a los pies de la escalera y comienza a subir sin mirar a los lados.
¿A qué le temes? - dijo la voz aquella tarde ¿a la muerte o la senectud, a la cúspide de todos los ocasos? Jade volteo hacia la voz, se aproximó a su marco, miró directo a los ojos a aquel ser que le hablaba y dijo categóricamente: ¡Prefiero la muerte! Contempló el rostro de su interlocutor, su lozanía, su piel clara y sus ojos ardientes, como dos llamas inextinguibles, volvió su cabeza atrás para ver nuevamente el horizonte, el día había muerto, escribió ella una fecha y una hora en la pared al azar y bajó las escaleras las cuales nunca más había vuelto a subir hasta esta noche.
Hoy, veinte años después, va subiendo nuevamente las temibles escaleras, que le acercan al profético desenlace, abre la puerta oxidada, la cierra tras de sí, el balcón inmenso como siempre parece una boca de piedra abierta a lo desconocido. Los relámpagos siguen azotando la noche. El efecto de un rayo, ha mostrado colgado en la pared, el portador de aquella voz, "el espejo", Jade se acerca poco a poco, la luz de un nuevo rayo lo ilumina, ha visto su rostro en él, todavía es muy hermosa, al lado derecho en la pared, de su puño y letra en tinta indeleble, una fecha: diez de noviembre de 1421, 3 a.m. un trueno monstruoso clavó un puñal en sus nervios de acero, una ola fría recorrió su espalda erizando toda su piel, la mujer en el espejo quiso gritar despavorida, en la puerta retumbó un potente y tenebroso golpe, Jade se irguió firme, tragándose la voz de su reflejo, enmudeciendo para siempre el soliloquio tenaz que hoy la llevaba a verse cara a cara con la muerte.
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La fotografía de portada es la fusión de tres imágenes tomadas de
Y fundidas en una sola imagen por mí, utilizando la aplicación Pixy**
