Un rostro sin expresión
la oscuridad se lo arrebató,
se siente llena de vacíos,
su cara borró su expresión,
nadie sabe si está triste
o si la embarga un profundo dolor.
Ella ya no tiene fuerzas,
el viento se las llevó,
la dejó tirada en el suelo,
perdida como hojas secas
que cayeron
y nadie recogió.
Ella es como una hermosa flor
que lucha y lucha
pero no ve otra razón,
de ceder al mal tiempo
que es implacable
y de a poco le va robando el color.
Empieza por desmayarse,
ella la sostiene en su mano
y la pone cerca de su corazón,
para que escuche
sus latidos
aunque la ilusión ella perdió.
Pero esta flor ha perdido toda la
esperanza de brillar junto al sol,
él que siempre fue su amigo,
ahora se convierte en su verdugo,
ella se ha marchitado ya su vida entregó.
Por eso ella se mira
en el reflejo de esa triste flor,
no quiere morir como ella,
solo desea hallar una buena razón,
de volver a comenzar
y que su alma recobre el valor.
Ella quiere dormir y despertar rodeada del intenso rojo,
que acompañaba a su amiga flor,
desea verlas a todas juntas
y que le devuelvan
la luz que la oscuridad le robó.
Ella quiere recobrar las expresiones
que su rostro olvidó, irradiar felicidad
y que todos noten su emoción,
quiere contagiar a todos
y escandalizar sus ojos,
como lo hace una bella flor.
