Un saludo cordial a todos los miembros de la prestigiosa comunidad HIVE.
Sin ningún ánimo de faltar el respeto a la memoria y dignidad de Buda (Siddhārtha Gautama), hoy les voy a hablar acerca de una planta ornamental, cuyo nombre común es el vientre de Buda, haciendo analogía entre el abultado tallo suculento de esta Euphobiaceae, y las imágenes donde se observa a Hotei, Dios japonés de la fortuna, guardián de los niños, patrón de los adivinos y de los taberneros, y Dios de la popularidad, erróneamente confundido con Buda, esbelto por demás.
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El vientre de Buda es una planta caudiciforme, cuyo tallo es desproporcionadamente grueso para su altura, cuya función es la de órgano reservante, bien sea de líquidos, como el agua, o de latex lechoso, irritante y venenoso, que emana cuando el tallo recibe una cortadura.
Quizás, sea este atributo del tallo regordete, lo que hace muy llamativa a esta planta ornamental.
A nivel taxonómico, la planta el vientre de Buda pertenece al Dominio Eucariota, Reino Plantae, División Magnoliophyta, Clase Magnoliopsida, Orden Malpighiales, Familia Euphorbiaceae, Género Jatropha, Especie Jatropha podagrica.
El vientre de Buda es una planta semi arbustiva, de hojas que sucumben a las inclemencias del clima, la cual puede vivir unos 20 años, y es muy resistente, tanto si se siembra directamente, en el suelo, como en macetas.
Esta es una planta de pequeño porte, que no sobrepasa el metro de altura, cuyo tallo no presenta ramas, sino que los largos pecíolos de las hojas, de más de 15 cm, se forman como prolongaciones del propio tallo.
El pecíolo se inserta en el centro del envez de la hoja.
Las hojas, de color verde, son grandes, llegando a medir hasta 30cm, y con su forma lobulada, con cuatro o cinco lóbulos bien definidos, ocultan el tronco, dándole una forma circular a la planta, que no se aleja mucho del suelo.
Al transcurrir el primer año de vida, la planta desarrolla un pedúnculo recto, como una prolongación del tallo, en el centro de los pecíolos de las hojas, donde se asientan las inflorescencias, de llamativo color escarlata, que vienen en racimos, donde se ubican las flores.
Es común observar flores entremezcladas con los frutos, y a medida que el fruto madura y se seca, se van formando nuevas flores y frutos, de modo, que los tendremos durante todo el año.
En cada ramillete, hay flores de sexo masculino, y también, hay flores de sexo femenino, que son visitadas por insectos como mariposas y abejas.
El fruto es una cápsula que contiene las semillas, que vienen en grupos de tres a cinco, una en cada lóculo.
Es importante destacar que la planta el vientre de buda, tiene un mecanismo de dispersión de las semillas, de forma tal que, al secarse los frutos, estallan y las arrojan lejos de la planta madre, para que germinen alejadas de su tronco, evitando así, la competencia intraespecífica.
El tallo de la planta se va engrosando e hinchando a medida que la planta va creciendo, dándole esa forma característica, barrigona, que ha motivado el nombre común de el vientre de buda.
Los requerimientos básicos de Jatropha podagrica son:
Mucha luz solar.
Pocos riegos, ya que toda el agua circundante la almacena en su tallo.
Espacio suficiente para que se desarrollen sus grandes hojas y gruesas raíces.
Un sustrato suave y de buen drenaje.
Si está en una maceta, se debe transplantar cada dos años.
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Las plantas del Género Jatropa, tienen usos medicinales por la presencia de compuestos fitoquímicos como el 4E-jatrogrossidentadiona, extractos derivados del fenol, que dan origen a los flavonoides, y diterpenoides como la japodagrina y la japodagrona.
La función básica de estos fitoquímicos es ayudar a la planta a protegerse de la oxidación degenerativa, ocasionada por los radicales libres, insectos, parásitos y virus, y también ayudarla a protegerse del daño general que puede sufrir a lo largo de su vida.
Estudios científicos han establecido que estos fotoquímicos también tienen acción antiinflamatoria, fungicida, antibacteriana y microbiana en general, lo que incluye a Jatropa podagrica.
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La belleza de la planta “el vientre de Buda, unida a sus propiedades medicinales y ecológicas la convierten en una aliada fundamental de la humanidad, que poco a poco, va desentrañando sus secretos.
Ali Riera
Todas las fotografías son propiedad del autor