sucumbido por el sentimiento que se ha ido,
obstinado de la luz oscura que ilumina la penumbra.
sintiendo las caricias del olvido regocijados de penurias.
Despertar estando dormido, navegar en un mar de miradas y
ser el invidente de tu navío.
en la mirada tierna de una despedida.
La despedida sin adiós, cuando en
silencio sufre tu corazón, ser el retraso
sin demoras, un mañana sin ahora.
levantarse en el futuro y acostarse en el pasado,
pues así siento vida desde que ya no estas a mi lado,
así es la suerte mía y de nadie.
Mirar el horizonte vertical desde el olvido
deseando ser un ignorante sabio de tu
destino.