RESPONSABILIDAD UNIVERSAL DEL SER HUMANO

L os seres humanos somos parte especialísima del universo. Somos algo así como unos “alienígenas” tripulantes de una nave espacial llamada planeta tierra, unos seres del espacio empatiados en este maravilloso rincón del espacio astral. y caracterizados por tener una inteligencia portentosa y consciencia de sí mismos, de su saber y de su temporalidad.
Aún y a pesar de las máculas que han empañado el curso de la historia, el devenir de la humanidad está destinado a un sublime futuro universal, hacia algo así como un punto omega teilhardiano
Debemos considerar la hipótesis de que seamos los únicos seres civilizados del universo, bien porque no tengamos semejantes en el infinito espacio estelar (conjetura más factible de lo que muchos están dispuestos a aceptar), bien porque debido a las insalvables distancias que separa todos los astros entre sí, hace que la improbable vida inteligente extraterrestre tenga para nosotros el mismo efecto de no existir.
En consecuencia, como especie, nadie nos destruirá, ni nadie nos someterá ni nos hará nunca sus esclavos, porque allá afuera no hay quien lo haga, porque estamos irremediablemente solos en el universo.
Por eso, por esa soledad sideral y por nuestra inteligencia y consciencia, la naturaleza nos asigna unas exigentes y delicadas responsabilidades, unas cargas que son inherentes a la especie humana y de la cuales no podemos deslastrarnos aunque nos hagamos los indiferentes, ya que el no cumplirla no nos hace inocentes.
Se nos endosa la responsabilidad de perpetuar la vida de la especie, que debemos conservarla y transmitirla; también estamos obligados a conocer la historia, para evitar repetir los errores del pasado y así no hacer sucumbir la civilización; ante nosotros mismos como seres morales y ante Dios, aunque hayamos decretado su muerte.
Los únicos que podría destruir la civilización y la especie somos nosotros mismos, pero cada niño que nace trae el mensaje de que, a pesar de que el hombre la perdió la fe y la confianza en Dios, Éste aún no ha perdido la esperanza en el hombre.