VENEZUELA
Me integro al concurso con entusiasmo describiendoles desde mi experiencia parte de mi gentilicio, no sin antes desearles a todo un armonioso mes de Junio.
Mi país Venezuela tiene una riqueza y diversidad cultural muy amplia gracias a la influencia Europea Indígena y Africana que nos antecede cada una con características étnicas integradas y distribuidas de múltiples y complejas formas en diferentes regiones del país, donde se han adoptado particulares expresiones que nos distingue e influye en nuestro modo de vida.
Estamos integrados por religiosidad, arte, gastronomía, y manifestaciones culturales que durante todo el año se hacen presente con expresiones devocionales y festivas, entre ellas: danzas, teatro, música cultos religiosos y celebraciones basadas en anécdotas populares que permanecen intactas como historia viva de cada pueblo.
Así tenemos manifestiaciones las cuales poseen una gran diversidad en cuanto a su ejecución y expresión, que se presentan en encuentros y conmemoraciones colectivas como velorio, carnavales y procesiones, ahora durante el mes de junio la más característica es la devoción a San Antonio, San Pedro y San Juan Bautista
Desde pequeña y hoy día como docente de artes he estado integrada a la cultura tradicional de mi país, ambiente donde progresivamente he ido conociendo elementos que me han dado un panorama de mayor apreciación por mis raíces y valores, conociendo maestros con las cuales he adquiero gratos aprendizajes relacionados a los pueblos originarios llevando de ellos una impronta que se niega morir y que ineludiblemente es parte de nuestra idiosincrasia.
Mi ambiente familiar cultural y laboral, han sido los impulsores para despertarme el sentido de valoración por mi tierra, desde estos escenarios muy activa he llegado a la conclusión que nuestra riqueza material ciertamente está basada en nuestras petróleo y biodiversidad natural, reconocidos como patrimonio tangibles e intangibles que son parte de nuestros valores, los cuales desde un esfuerzo mancomunado de diferentes sectores se ha buscado de seguir enalteciendo a través del arte y las diversas manifestaciones populares que orgullosamente reconozco y e interpreto.
En el vínculo del arte todos somos y cabemos, desde allí me ha sido posible evidenciar y exponer que valores conlleva nuestra Cultura, obvio que esto se puede observar en cualquier escenario del sistema social, pero en este que me ha tocado vivir, he podido mirar cosas que me hacen feliz y otras que me entristecen contra las que no puedo luchar, más que haciendo mi trabajo. En este ámbito he reconocido los valores de la solidaridad, altruismo, constancia, disciplina, empatía y respeto, en contraposición dentro de este ambiente la vida me ha mostrado la otra cara de estos valores.
He tenido como experiencia que ante la presencia del dinero especialmente en el arte popular todo pasa a términos, aletargados, burocráticos y elitezco, perdiéndose así la magia y naturaleza de las cosas, haciendo un sectarismo de algo tan hermoso y sencillo como lo es el arte autóctono, donde los que deberías llevarse las glorias son los menos beneficiados. Aquí me pronuncio ante el efímero apoyo que el estado y sus diferentes entes gubernamentales ofrecen cuando se trata de proyectar y realzar nuestros valores culturales.
Estoy de acuerdo en la apertura, integración y reconocimiento del arte de otras latitudes, pero creo que nunca jamás debería ser por encima de la nuestra. Exite un bombardeo de cultura foránea que entra a nuestro País recibiendo retribuciones y promociones muy por encima de lo que un grupo de cultores y artistas durante años vienen trabajando dentro de la nación.
Dedicados entre investigaciones profundas y preparación incluso con apoyo internacional para proyectar su trabajo, quienes desde su sueño de montar escuelas con actividades pedagógicas, recreativas y culturales han presentado infinidad de propuestas por escrito, recibiendo silencios y esperas indefinidas.
Ante esto me he dado cuenta que la burocracia y el showbusiness es lo que manda invitando a tergiversar lo que realmente el artista desea mostrar, donde muchos por necesidad han tenido que aceptar incluso renunciar a su propio autoría por muy poco. Gracias a la permitida influencia foránea la cultura se ha vuelto, comparativa, invaluable, ambiciosa, desvinculante, tergiversada que ha llevado incluso a poner nuestros valores humanos entredicho, a modelar actitudes y costumbres que no son propias, influyendo al punto de desdoblar la personalidad.
Y abiertamente manifiesto que una buena parte de los responsables de esto son los medios de comunicación con el que llevamos décadas viviendo de la visibilización, donde el motor de su proyecto es vender una imagen.
No estoy en contra de la evolución cultural ni de los intercambio de saberes, creo en los cambios y en las diferentes corrientes emergentes que promueven la sana diversidad e integración y fusión, pero en lo que no me siento a gusto por lo menos en este ambiente de la cultura, es que se exporte algo que realmente no pertenece a nuestro hacer y sea proyectado afuera de un modo aparente o diferente, y mucho menos que no se haga el debido reconocimiento de sus orígenes tanto de autores como de expresiones.
Un ejemplo lo presento con el Tambor afrovenezolano el cual posee un gran diversidad en su ejecución, elaboración y expresión dancística, cuya diferencia se basa en las características étnicas que nos antecede gracias a la forzada diáspora africana surgida durante la colonización.
El toque del tambor genera una magia de seducción y poder entre los danzantes, pero no al punto que por vender el producto musical se tenga que prostituir la imagen de la mujer, donde el mandato es mientras más piel muestre o más movimiento de cadera haga será mejor para la proyección. Esta es una de las tantas y miles de formas donde he visto que el desconocimiento, necesidad o ambición en mi país ha convertido una parte de la cultura en un comercio que desvirtua así los valores de un pueblo.
En lo personal actualmente estoy aprendiendo a integrar el tambor afrovenzolano a partir su distinta cadencia y toques, de las que me siento cada día más influida y orgullosa de sentir y expresar dándole el valor que merece como parte de mi gentilicio.
También soy bailadora de Joropo declarado en marzo del 2014 como patrimonio cultural de la nación en la categoría de bien de interés cultural. El Joropo es tradición y sinónimo de fiesta que abarca gran parte del territorio venezolano y colombiano, Su origen se remonta a la época colonia cuando los españoles trajeron su influencia musical específicamente el fandango y aquí fue adaptando y desenvuelto en diferentes regiones del país teniendo características diversas en cuanto a la música, danza y vestuario desarrollándose con expresiones que lo diferencia conservando su particularidad. Lo tenemos en la región llanera, Región Central, Región Oriental y Occidental.
REGIÓN LLANERA (Apure, Barinas, Guárico, Cojedes, Portuguesa)
JOROPO LLANERO
| fotografía cortesía de Hector Teran
REGIÓN ORIENTAL (Nueva Esparta, Sucre, Anzoategui, Monagas, Deltamacuro)
REGIÓN CENTRAL (Aragua, Caracas, Vargas, Miranda)
JOROPO CENTRAL
Ante lo expuesto sobre los valores y cultura de mi país habemos muchos que estamos desde nuestra labor reconociendo diariamente la importancia de mantenernos firmes ante nuestras propias creencias y convicciones sobre lo que realmente es cónsono para el desarrollo, proyección y evolución de nuestro pueblo.
ENGLISH VERSION
I join the contest with enthusiasm describing you from my experience part of my gentilicio, but not before wishing you all a harmonious month of June.
My country Venezuela has a very wide cultural richness and diversity thanks to the European, Indigenous and African influence that precedes us, each one with integrated ethnic characteristics and distributed in multiple and complex forms in different regions of the country, where particular expressions have been adopted that distinguish us and influence our way of life.
We are integrated by religiosity, art, gastronomy, and cultural manifestations that throughout the year are present with devotional and festive expressions, including: dances, theater, music religious cults and celebrations based on popular anecdotes that remain intact as living history of each people.
Thus we have manifestations which have a great diversity in terms of execution and expression, which are presented in meetings and collective commemorations such as wakes, carnivals and processions, now during the month of June the most characteristic is the devotion to San Antonio, San Pedro y San Juan Bautista
Since I was a child and today as a teacher of arts I have been integrated to the traditional culture of my country, environment where progressively I have been knowing elements that have given me a panorama of greater appreciation for my roots and values, meeting teachers with whom I have acquired pleasant learnings related to the native peoples carrying from them an imprint that refuses to die and that inescapably is part of our idiosyncrasy.
My family cultural and work environment, have been the drivers to awaken in me the sense of appreciation for my land, from these very active scenarios I have come to the conclusion that our material wealth is certainly based on our oil and natural biodiversity, recognized as tangible and intangible heritage that are part of our values, which from a joint effort of different sectors has sought to continue to enhance through art and various popular manifestations that I proudly recognize and interpret.
In the link of art we all are and fit, from there it has been possible for me to evidence and expose what values our Culture entails, obviously this can be observed in any scenario of the social system, but in this that I have had to live, I have been able to see things that make me happy and others that sadden me against which I can not fight, more than doing my work. In this environment I have recognized the values of solidarity, altruism, constancy, discipline, empathy and respect, in contrast, within this environment life has shown me the other side of these values.
I have had the experience that in the presence of money, especially in popular art, everything passes to terms, lethargic, bureaucratic and elite, thus losing the magic and nature of things, making a sectarianism of something as beautiful and simple as it is the native art, where those who should take the glories are the least benefited. Here I speak out against the ephemeral support that the state and its different governmental entities offer when it comes to project and enhance our cultural values.
I agree with the openness, integration and recognition of art from other latitudes, but I believe that it should never ever be above our own. There is a bombardment of foreign culture that enters our country receiving retributions and promotions far above what a group of artists and artists have been working for years within the nation.
Dedicated between deep research and preparation even with international support to project their work, who from their dream of setting up schools with pedagogical, recreational and cultural activities have submitted countless proposals in writing, receiving silence and indefinite waiting.
In the face of this I have realized that bureaucracy and showbusiness is what rules, inviting to distort what the artist really wants to show, where many have had to accept, out of necessity, to renounce their own authorship for very little. Thanks to the allowed foreign influence, culture has become, comparative, invaluable, ambitious, disassociated, distorted that has even led to question our human values, to model attitudes and customs that are not our own, influencing to the point of splitting the personality.
And I openly state that a large part of those responsible for this are the media, with which we have been living for decades on visibilization, where the engine of their project is to sell an image.
I am not against cultural evolution or the exchange of knowledge, I believe in changes and in the different emerging currents that promote healthy diversity and integration and fusion, but what I do not feel comfortable with, at least in this cultural environment, is that something is exported that does not really belong to our work and is projected outside in an apparent or different way, and even less so when it is projected outside in an apparent or different way, and even less so when it is projected outside in an apparent or different way, and even less so when it is projected outside in an apparent or different way.
An example is the Afro-Venezuelan drum, which has a great diversity in its execution, elaboration and dance expression, whose difference is based on the ethnic characteristics that preceded us thanks to the forced African diaspora that emerged during colonization.
The drumming generates a magic of seduction and power among the dancers, but not to the point that in order to sell the musical product the image of the woman has to be prostituted, where the mandate is the more skin she shows or the more hip movement she makes, the better it will be for the projection. This is one of the many and thousands of ways where I have seen that ignorance, need or ambition in my country has turned a part of the culture into a trade that distorts the values of a people.
Personally I am currently learning to integrate the Afro-Venezuelan drum from its different cadence and touches, which every day I feel more influenced and proud to feel and express giving it the value it deserves as part of my gentilicio.
I am also a Joropo dancer declared in March 2014 as cultural heritage of the nation in the category of cultural interest good. The Joropo is tradition and synonymous of party that covers much of the Venezuelan and Colombian territory, Its origin dates back to colonial times when the Spanish brought their musical influence specifically the fandango and here it was adapted and developed in different regions of the country having different characteristics in terms of music, dance and costumes developing with expressions that differentiate it while retaining its uniqueness. We have it in the *Llanera Region, Central Region, Eastern and Western Region.
LLANERA REGION (Apure, Barinas, Guárico, Cojedes, Portuguesa) LLANERO JOROPO
| photography courtesy of Hector Teran
EASTERN REGION (Nueva Esparta, Sucre, Anzoategui, Monagas, Deltamacuro)
CENTRAL REGION (Aragua, Caracas, Vargas, Miranda)
CENTRAL JOROPO
Before the exposed on the values and culture of my country there are many that we are from our work daily recognizing the importance of remaining firm to our own beliefs and convictions about what really is consistent for the development, projection and evolution of our people.
