Relato: Deméter en el norte

Deméter levantó la mirada. El castillo de Valaskjálf, construido en la cumbre de la colina Yggdrassil, era de bronce con toques de plata. La nieve parecía un elemento más, pues daba formas muy peculiares a las almenas del palacio.

Hel, amiga de su hija Kore, dijo en una carta que había conseguido una audiencia con la Unión del Norte. Esta confederación de reyes es encabezada por el tío de Hel, Odín de la casa Aesir. Por lo que narró la joven aventurera en la carta, la Unión estaba atenta a los acontecimientos que sucedían en la región de la Atlántida, de los cuales se enteraban gracias a los comerciantes que vendían sus productos en los mercados del continente.

Si bien no intervinieron en el derrocamiento de Cronos, temían que Zeus se empeñara en realizar el sueño de su predecesor de conquistar las tierras de norte una vez que ganara con sangre la tierra de Hades. Por este motivo, Hel, su padre, el rey Loki de Jötunnheim, el rey Odín de Asgard y el rey Njördr de Vanaheim persuadieron a los demás miembros de la Unión de que escuchara la propuesta de alianza que los reyes de Hades querían ofrecerles, pues podría convenir a los intereses de la Unión y ganarían un magnífico aliado.

Deméter subió por los escalones. En la entrada la esperaba un hombre de cabello negro, de atavíos verdes con rojos y de mirada serena. A su lado se encontraba una joven mujer, a quien Deméter reconoció de inmediato como Hel. Ambas mujeres se saludaron con profuso cariño; después, Hel introdujo al hombre como su padre, Loki. Mientras caminaban por los amplios pasillos de Valaskjálf, los tres platicaron sobre lo último que aconteció en el continente atlante.

Zeus estaba reuniendo un gran ejército con el cual marcharía hacia Hades; dicho ejército estaba compuesto de todos los soldados de las distintas familias poderosas de la Atlántida. Por su parte, Aidoneus y Kore reclutaron a todo ciudadano de Hades, joven o anciano, dispuesto a luchar por la defensa de su hogar.

Los números estaban a favor de Zeus, pues su ejército triplicaba al de Hades. Deméter no pudo evitar mostrarse preocupada ante aquella situación; Aidoneus y Kore estarían solos ante aquél destino nefasto si la Unión del Norte se negaba a prestarles ayuda a cambio de una alianza comercial. Hel y Loki estaban conscientes de esa misma preocupación; de hecho, Loki, Odín y Njördr fueron los únicos que se habían dado cuenta de que Zeus tenía las mismas características de Cronos, pero mucho peores.

Con un suspiro, Deméter entró a la sala de reuniones. Con el corazón en mano, rogó a Gaia y Estigia que el resultado esté a favor de su familia en esos tiempos oscuros que se avecinan.



Fuente de la imagen: Pexels

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