Cuento infantil| Homenaje a nuestro Aquiles Nazoa| Frutos del bien y del mal

¡Hola apreciados amigos!

Estoy emocionada con esta iniciativa, complacida de poder participar en este lindo homenaje que realiza la comunidad #literatos, con el patrocinio de @theycallmedan. Dejo el enlace para todos los que tengan el gusto de participar.

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Un día se reunieron los frutos del bien y los frutos del mal, decidieron jugar a las escondidillas pero para tener más espacio para jugar acordaron ir a la tierra. El Amor dijo: la tierra es muy grande, vamos a dirigirnos a un solo pueblito para que podamos terminar el juego antes de que caiga la noche, ¿todos están de acuerdo?: - ¡Siiiiiii!, gritaron todos muy alegres. ¡Vayamos!, dijo el Amor.

Escogieron un pueblito llamado Corazón, era un lugar muy cálido, lleno de muchos latidos. Al llegar el Amor dijo: ¡Yo contaré! Y ustedes se esconderán mientras tanto. Nada de hacer trampa, cuando los encuentre no huirán, sino esperarán todos en un lugar hasta que los encuentre a todos. ¿De acuerdo?, preguntó el amor. Y todos respondieron que sí. Contaré hasta 50. ¡Listos! ¡Corran! Ordenó el Amor.

El Amor comenzó a contar: “1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8… Cincuentaaaaaa, gritó el Amor e inició la búsqueda.

Empezando a buscar por el pueblo llamado Corazón, se encontró el Amor a unos niños hablando, un niño le decía a los otros: Mi papá tiene más dinero que el de ustedes, viajamos todos los fines de semana, cuando sea mayor de edad me comprarán un carro. Todos los niños lo escuchaban atentos pero se iban sintiendo mal, mientras el niño hablaba le iba creciendo la nariz. Y el Amor dijo: ¡Te encontré Mentira! Y la mentira se sentó triste por ser encontrado tan rápido.

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Siguió caminando el Amor y se encontró a un niño pobre sentado en el piso llorando, y otro niño se acercó, le preguntó que le pasaba y el niño que estaba sentado respondió: ¡Tengo hambre! El otro niño que estaba pasando sacó de su morral una arepa y se la regaló. Y el Amor gritó: ¡Hurra! Te he encontrado Generosidad! Y la Generosidad se sintió alegre por ser encontrada.

Un poco más allá el Amor se consigue dos niños burlándose de otro niño y le decían: ¡Gordoooo, feooooo, enano!, se reían. El Amor moviendo la cabeza como símbolo de desacuerdo, grita: ¡Qué mal, Irrespeto, sal que ya te vi!. Molesto Irrespeto, se retiró sacándole la lengua al Amor.

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Prosiguió el Amor buscando, ya un poco cansado por el sol, se consigue con una niña que le dice: Señor, ¿Está cansado? Venga siéntese por aquí y sonría que está muy serio. Y el Amor levantó la mirada, sonrió diciendo: ¡Alegría te he encontrado!, Alegría sonriendo lo abrazó y le dijo: ¡Siiiiiiii! ¡Aquí estoy! Te acompañaré a buscar a los demás.

El Amor se le pasó el cansancio, iba acompañado de Alegría, mientras caminaban, encontraron a un niño que tenía muy buena relación con todos los demás niños, no estaba pendiente si eran pobres o ricos, si tenían juguetes o no, si tenían carros o no, si eran catire o morenos. Y el Amor mirando fijamente le dijo: ¡Humildad, te he encontrado! Humildad no sintió molestia por ser encontrada, sonrió al Amor como gesto de aceptación.

Un poco más allá, muy cerca de donde estaba escondida la Humildad, divisó el Amor a un niño que le molestaba cuando sus compañeros sacaban buenas notas, cuando sus padres eran cariñosos con ellos, cuando alguno recibía un regaño. El Amor viendo a ese niño exclama: ¡Qué raro Envidia, tú con esa actitud! La Envidia se retiró molesto.

La Alegría le dijo al Amor: ¿No entiendo por qué la Envidia es así?, y el Amor le respondió: ¡Ay Alegría! Ella es un fruto del mal, por eso actúa así, trato que cambie, pero ella se aleja de mí y termina actuando así. ¡Qué lamentable es! Replicó la Alegría.

Ya faltaban solamente dos frutos del mal. Más allá encontraron a una niña muy buena, que siempre rezaba por todos los niños y adultos del mundo entero. Y el Amor, gritó alegre: ¡Bondad, te encontré! y ella brincando, salió riéndose.

Faltaba solo uno, cuando veía que el Amor estaba cerca buscaba alejarse y alejarse, pero el Amor buscaba conseguirlo por medio del olfato, pero ya faltaba poco para acabarse la tarde, habían acordado culminar el juego antes que se hiciera de noche, se encontraran a todos o no. Ya el Amor estaba agotado, el fruto que faltaba se reía porque el Amor estaba agotado. La Alegría animaba al Amor para que siguiera y no desmayara.

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Después de un rato sentado el Amor, sintió mucho ánimo, se dio cuenta que solo le faltaba buscar por un lado que había estado evitando. El lugar que faltaba buscar, era oscuro, grisáceo, como sin vida, se escuchaban muchos niños gritar de rabia, llorar de dolor, con miradas llenas de malos sentimientos. El Amor se acercó, escuchó distintos gritos de niños que decían: ¡Me la pagarás! ¡Todo es culpa tuya! ¡No te soporto! ¡No serás feliz!, y tantas frases feas más. Corrió el Amor con todas sus fuerzas, tumbó una pared muy alta que cercaba ese espacio. Entró el Amor a ese lugar de donde salían esas horribles frases y gritó muy fuerte: ¡Te encontré odio! ¡Desaparécete de aquí!, ¡yo gané!, te encontré antes de caer la noche, ¡yo seré el rey de este pueblo! Me quedaré a vivir aquí. Y los frutos del mal se fueron todos del pueblito llamado Corazón, se quedó el Amor reinando, y los frutos del bien ayudándolo a proteger ese pueblo.

En espera que muchos niños puedan disfrutar con sus representantes este hermoso cuento con grandes valores. Todas las imágenes tienen sus respectivas fuentes, son de la web y de imágenes cortesía pixabay. Mi firma realizada con aplicación Canva.

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