Micro ficción: Los indigentes

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Los indigentes

—¡Mira, que feas personas!

—¡Espero que no se atrevan a acercársenos!

En la otra esquina, sentado en la acera, un hombre observa la escena y medita al respecto.

«Ellos tienen calzados de marca, mientras los otros están semi descalzos y con las ropas andrajosas. Debería cruzar la calle y acercarme para escuchar lo que hablan.»

—¡Vamos Pedro, pidamos que nos ayuden. Quizás tengan buen corazón!

—¡Miguel, no les ves la expresión de repulsión en sus rostros! Seguro piensan que los robaremos.

—Seremos pobres, pero decentes. —Exclamó con un brillo de tristeza en la mirada.

Mientras tanto el hombre de la acera se levanta y con precaución cruza la calle en dirección a la pareja que juzga espera a ser recogida.

—Ten cuidado con ese que cruza la calle, parece que viene hacia nosotros.

—¿Que hacemos, saco el spray?

—Todavía no. Ignoralo.

Un carro sale de la nada y golpea al peatón en medio de la calle saliendo disparado hacia los pies de la pareja de los calzados de marca.

Cae sobre el pavimento y pierde el sentido mientras atónitos e inmóviles sacuden la cabeza.

—Vayámonos pronto —, exclamó sin titubear pensando en su interior que no quería declarar nada al respecto a las autoridades en caso de algo grave.

Como pudo abrió los ojos lentamente, adolorido vio los rostros percudidos que le sonreían dándole gracias a Dios por él. Con ayuda de estos se incorpora y ve a aquellos indigentes embarcándose en una limusina de último modelo grabando en su mente la matricula.

—¡Señor se encuentra bien!

El carro pasa en frente del trío con los vidrios oscuros arriba dejando una estela de frialdad que le hizo doler los huesos. Quizás, el producto del golpe tangencial recibido o tal vez era la certeza de la brutalidad elegante presenciada.

—¡Señor me escucha!

—Sí —, volteándoles para verles a los rostros añadió.

—Gracias amigos. ¡Tienen hambre!

—¡Sí! —, contestaron al unísono.

—Crucemos la calle hacía mi taller. ¡Por cierto, busco algunos ayudantes!

Del otro lado, más de una treintena de personas del primer turno salieron del taller al enterarse de que un auto había atropellado al dueño y querido jefe.

Fin

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Una micro ficción original de @janaveda

Imagen de Brigitte makes custom works from your photos, thanks a lot en Pixabay

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Muchas gracias por leerme, espero sea de su agrado.

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Ecency