El niño que perseguía la muerte: Capitulo III (Final) - The boy who chased the death: Chapter III (End) [Eng-Esp]

Su petición me tomó por sorpresa…

Jamás había conocido una bruja y jamás me habían pedido semejante cosa. Pero por ella estaba dispuesto a eso y mucho más.

Su madre le había enseñado bien, pero le había enseñado poco. El collar en su cuello tenía un propósito, canalizaba sus poderes. Todo su cuerpo estaba lleno de energía y la piedra hessonita la ayudaba a materializar su poder, aunque la mayoría de las veces lo había usado para impulsar el crecimiento de las frutas en la tierra. Solo eso. No sabía cómo curarse a sí misma pero tampoco quería morir tan pronto.

Los lobos cavaron en la tierra una fosa profunda para ella. Después comprendí que cuidaban de ella y habían sido su única compañía luego de la muerte de su madre. Aun llorando logré acostarla con dificultad en la cama de tierra. Su petición era ligar su vida a la mía hasta que encontrara cómo traerla de vuelta. Siendo un niño, sinceramente no entendía mucho de lo que estaba pasando, pero ella había salvado mi vida y no quería perderla. Acepté y acostados uno al lado del otro, tomados de las manos sujetando el collar, ella pronunció con gran esfuerzo muchas palabras que no entendía en ese entonces. A medida que Freya se quedaba sin fuerzas, yo sentía un hormigueo en aumento desde mis manos y extendiéndose por todo mi cuerpo. Antes de cerrar sus ojos definitivamente, ella me miró a los míos y sonrió. Desde ese día mis ojos marrones habían cambiado a dorado, era la presencia de su magia que ahora habitaba en mi cuerpo. Ella dijo…


-Gracias, Will… No te preocupes. Si no logras encontrar las respuestas, aun estaré agradecida de haberte tenido como amigo.


-Espérame. Volveré, lo prometo…


Y el sueño finalmente la había vencido. Lloré muchas horas después de eso, allí frente a los lobos que parecían tristes estatuas alrededor de nosotros. Recordaba lo que había pasado. Todo desde el momento en el que entré al bosque, y me sentía culpable. Tal vez si no la hubiera conocido, Joshua no la habría matado. Cuando acepté que ella no despertaría fue cuando cubrí de tierra su cuerpo, mientras los colores naranja y rojo cubrían el cielo por el atardecer. Al terminar entré en la cabaña cuando comenzó a llover y me quedé dormido frente a la chimenea que había encendido.

Al despertar, la busqué somnoliento. Muy a mi pesar recordé que ya no estaba. Ella había mencionado un diario, lo busqué y empaqué junto con algunas provisiones. El viaje era una locura, pero no quería fallarle a la única persona que había confiado en mí.

Al salir de la cabaña no pude evitar gritar del susto. En ese entonces no sabía cómo se llamaba esa extraña flor. Todo el alrededor de la cabaña parecía haber sido invadido por fantasmas o parecía al menos que calaveras habían sido sembradas de algún modo. Luego del asombro comprendí que solo era una especie de planta muy rara. Había crecido durante la noche y la fuente era donde ahora dormía ella.

“Antirrhinum majus” o “Boca de dragón”. Años más tarde fue que pude comprender que habían crecido a su alrededor para proteger su descanso. Supongo que eran los fantasmas a los que se refería la gente cuando hablaban del bosque.

Tras tres años trabajando de pueblo en pueblo y de casi ser robado por otros niños como yo, ella me encontró. Había recorrido miles de kilómetros desde la cabaña de Freya y finalmente podía darme el lujo de tener esperanza para cumplir mi promesa.

Agatha… Una mujer de cabello plateado y mediana edad que reconoció el collar en mi cuello. Al inicio creyó que lo había robado, pero luego de jurarle que ese no era el caso, sintió curiosidad. Desconfiado no quise contarle nada y evité su interrogatorio. Días después volví a verla, venía acompañada. Otras dos mujeres querían conocerme. Finalmente fuimos a su casa en el pueblo, una de ellas tomó mi mano y dijo…


-Tus ojos. Tienes dentro de ti algo que no es tuyo, niño. ¿De dónde has sacado ese poder y ese collar?


Parecían saber mi secreto, así que decidí contarles. Había encontrado quienes me ayudarían a cumplir mi promesa. En las montañas, lejos de cualquier pueblo, me convertí en aprendiz. Ellas cuidaron de mí, me protegieron, me dieron de comer y me vieron crecer. Si no me hubieran encontrado, no habría podido lograrlo.

Aprendí a controlar la magia que habitaba mi cuerpo, la magia de Freya. A usarla, a apreciarla y a confiar en ella. Era extraño que lo más valioso que tenía, no fuera mío. Esta magia, el collar y su diario. 130 páginas de una letra delgada e inexperta, de dibujos de árboles y flores, de confesiones y pensamientos de una niña que no tenía con quien hablar y no confiaba en nadie, que había perdido a su madre y sus únicos amigos habían sido lobos en el bosque. Hasta que llegué yo. Habían sido pocos días, pero había escrito sobre mí y nuestros días juntos. Había leído ese diario todos los días, me sabía cada palabra y recordaba cada dibujo. La extrañaba.


···

-¿Estás listo, Will?


-Sí, lo estoy.


-¿Seguro quieres hacer esto? Ninguna de nosotras te culpará si tienes miedo y ya no quieres hacerlo. Tampoco queremos perderte, eres uno de nosotros.


-Agatha, quiero darte las gracias. Gracias por encontrarme ese día y por sacarme de las calles, por darme una familia. Aunque sé que no habría sido así sino tuviera el poder de Freya.


-Es cierto. Eres el único humano sin magia que ha venido aquí. Bueno, no sin magia exactamente. Pero debes saber que después de todos estos años, te has ganado un lugar en el aquelarre y te queremos mucho con o sin magia. Lo que haces por tu amiga es muy noble, pero…


-Es lo que quiero. Por esto he vivido todos estos años, para esto me he preparado. Estoy listo.

···


Hoy se cumplían 3.333 días desde la última vez que la había visto. Y hoy finalmente la volvería a ver…

Recordaba el camino, los árboles eran los mismos. A penas entré en el bosque pude sentir la mirada de los lobos. Muchas cosas habían cambiado y casi sentí que me daban la bienvenida.

Cuando llegamos donde estaba sepultada Freya vi de nuevo las flores calavera que habían crecido a su alrededor. Había musgo rojo en el suelo y los lobos estaban cerca. Esperamos que la Luna llena estuviera en su punto más alto y junto con las doce brujas que me acompañaban, logré cumplir mi promesa.

Los lobos parecían saber lo que venía y comenzaron a aullar. Había visto muchas cosas durante estos años y aun así fue impresionante ver cómo la brisa hizo de las suyas, el musgo y la tierra se abrían justo donde estaba el cuerpo de Freya. Agatha y las demás pronunciaban en coro el hechizo de sanación, mientras yo cedía la mitad de mi poder arrodillado en el suelo.

Entonces todo se detuvo. La brisa, los aullidos, el coro y las flores de calavera se hicieron cenizas todas al mismo tiempo. Sentí cómo era absorbido. Estuve a punto de desmayarme, pero la vi. De la tierra salía su mano y luego su cuerpo. Su rostro, estaba asustada. Hacía unos años había iniciado el hábito de ceder mi vitalidad en cada Luna nueva, cada vez me dejaba más débil, pero sabía que valdría la pena. Los resultados estaban frente a mis ojos. Freya parecía tener mi edad. Sus ojos y su cabello eran como los recordaba. Estaba cubierta de tierra, pero sabía que era ella.


-Freya…


-¿Will? ¿Eres tú?


-Te prometí que volvería…


La acompañé al arroyo que estaba cerca. Quiso bañarse a pesar del frío, dijo que eso la haría sentirse aún más viva. Cuando se vistió nos recostamos cerca de la orilla. No dejábamos de vernos. Finalmente ella se acercó y me abrazó. Yo estaba sonriendo en la oscuridad, aún podía darme el lujo de disfrutar ciertas cosas. Correspondí la cercanía acurrucándola entre mis brazos, allí acostados en el suelo. Luego de sentir cómo se relajaba, ella dijo…


-Sé que para mí han sido solo unos momentos. Literalmente para mí ha sido un abrir y cerrar de ojos. Pero sé que han pasado muchos años y me imagino que has pasado por muchas cosas. Aún no puedo creer que volvieras… por mí.


Podía ver el cielo estrellado y la luz de la Luna iluminaba lo suficiente como para distinguir formas en la noche, así que cerré mis ojos y tomé aire lentamente para luego dejarlo escapar. Aún con los ojos cerrados, dije…


-3.333 días pasaron desde la última vez que te había visto. Solo pensé en ti desde que te fuiste. Los primeros tres años no tenía idea de lo que estaba haciendo, solo… viajaba e intentaba no morir de hambre. Pensé muchas veces que era una promesa demasiado grande para que un niño pudiera cumplirla. Creí que no te volvería a ver, estuve a punto de rendirme para ser sincero. Pero luego conocí a Agatha y a las demás.


-Son brujas…


-Sí, lo son. Supieron casi de inmediato que llevaba tu poder y reconocieron tu collar.


-Cierto… mi collar. ¿Dónde está?


Sin moverme mucho y sin abrir los ojos, tomé el anillo en mi dedo y se lo puse en el suyo. Luego acaricié su cabello.


-Lo convertí en un anillo, era más práctico para mí tenerlo en la mano cuando realizaba un hechizo siendo aprendiz. Espero que no te moleste.


-Es… hermoso.


-Es tuyo, recuérdalo…


-Nunca he salido de este bosque. Has viajado mucho, así que podrás enseñarme muchos lugares.


Fue cuando abrí los ojos. Me había preparado para esto y sin embargo, había llegado el momento. Mi pecho había comenzado a doler.


-Freya… Podrás viajar con el aquelarre. Ellas te enseñarán todo lo que te hace falta. Te protegerán y serán tu familia a partir de ahora. Puedes confiar en ellas…


Luego de unos minutos en completo silencio, se apartó y se sentó a un lado. Mirándome a los ojos en busca de una explicación, ella preguntó con voz temblorosa…


-¿Y si no quiero ir con ellas? ¿Por qué no podemos viajar juntos tú y yo?


Solo podía mirarla. Aun acostado en el suelo suspiré, era inevitable lo que venía. La tomé de la mano y la insté a volver a recostarse a mi lado, con su cabeza en mi pecho. Acariciando su cabello dije lentamente…


-Hace un par de años que descubrí el hechizo que te traería de vuelta, pero intenté buscar la solución a las consecuencias del mismo. No conseguí nada, así que decidí dejar de posponerlo. Desde el momento en el que despertaste el reloj empezó a correr para mí. Tengo 12 horas para devolverte el resto de tu poder, cuando lo haga mi corazón dejará de latir.


-¿Qué? Pero… ¿Y si no me das el resto de ese poder? No lo quiero si te pasa algo. No creo que sea necesario, yo…


-Freya. En la ley de la naturaleza es importante mantener el equilibrio. Una vida por una vida. Si no te cedo el resto del poder, ambos moriremos. El hechizo debe completarse.


-Pero… ¿Cómo puedes decirlo tan tranquilo? Debe haber una forma.


-No la hay. Las cosas son así. Hace tiempo que sabía lo que pasaría si lograba despertarte. Sabía que moriría, pero no dejaba de perseguir la manera de cumplir mi promesa. De volverte a ver. Hace mucho que acepté mi muerte. He vivido tiempo prestado, con un poder prestado y con una familia prestada. Pero estoy agradecido, todo ha sido gracias a ti. Pero se acabó.


Sentí el temblor de su cuerpo, estaba llorando en mi pecho. Entendía que sería la segunda persona importante para ella que moría. Pero ella viviría y era lo importante. Así debían ser las cosas. Y ahora podía contar con un aquelarre, una familia, ya nunca estaría sola. Pasamos la noche allí acostados sobre el musgo cerca del arroyo. Ella no había dejado de llorar y de abrazarme. Le conté los lugares que conocí, los hechizos que aprendí, la comida que probé. De vez en cuando la hacía reír. Hasta que se quedó dormida y pude observarla. Era hermosa. Estaba seguro que rompería varios corazones, si su ferocidad se lo permitía. Solo sabía que con certeza había conquistado el mío.

Esperé a que amaneciera y busqué algunas frutas para cuando ella despertara. Cuando lo hizo, me sonrío. Y yo le devolví la sonrisa, plena, sincera e inundada de anhelo. Luego pude ver el cambio en su rostro, recordaba lo que estaba a punto de pasar, ahora estaba entre triste y enojada.

Caminamos juntos de vuelta a la cabaña, tomados de la mano. Me despedí de cada una de las mujeres quienes habían sido mi familia por seis años. Algunas estaban llorando y otras no querían ceder al sentimentalismo. Con un fuerte abrazo y un beso en su mano, le di de nuevo las gracias a Agatha viéndola llorar.

Antes de acostarme en la misma fosa de donde había salido Freya, los lobos que nunca antes se me habían acercado, llegaron y se frotaron contra mis piernas. No era un experto pero creo que se estaban despidiendo de mí, así que los acaricié.

Ya en el suelo, Freya se acostó a mi lado como la noche anterior. Como hace 9 años cuando ella se estaba desangrando, siendo solo unos niños. El coro comenzó de nuevo, pero esta vez eran palabras diferentes, a un ritmo más lento. Mirándola a los ojos comencé a pronunciar el hechizo que restauraría la fuerza vital de la hermosa chica pelirroja acostada a mi lado. Su poder iba abandonándome a cada segundo. El hormigueo que había sentido hace años, lo sentía de nuevo. Esta vez desde todo mi cuerpo culminando en mis manos sujetas a las de ella. Un cansancio y un sueño aplastante fue lo que me inundó. Logré ver un par de lágrimas cayendo por su mejilla. Solo pude sonreír al final cuando la escuché decir…


- Espérame. Volveré, lo prometo…


Él se había ido. Me había despertado de nuevo en medio de la noche soñando con el momento en el que había cerrado sus ojos, tal vez para siempre. Su diario debajo de mi almohada y el collar, que había convertido en anillo, en mi dedo me reafirmaron que era una más de las noches en las que él no había vuelto.

En su diario, 603 páginas me contaban a detalle todo lo que había pasado en su vida durante el tiempo en el que estuve dormida. Yo había permanecido con el aquelarre varios años y luego había decidido viajar por mi cuenta. Me habían criado como a una hija, como a una hermana. Ya no necesitaba el anillo para canalizar mi poder, pero lo usaba porque me recordaba a él. Había visitado todos los lugares en los que él había estado y probado toda la comida que él había saboreado. Incluso había conservado su grimorio. No había vuelto a conocer a nadie como él. Era extraño que alguien arriesgara tanto por otra persona. Una vez al año visitaba el lugar en donde dormía, cediéndole mi vitalidad. Lo extrañaba.

Hacía trece días que había encontrado a otro aquelarre, esta vez eran solo hombres. No fui bien recibida, pero al menos uno de ellos fue cortés conmigo y me había dado las respuestas que necesitaba.

Hoy se cumplían 3.333 días desde la última vez que lo había visto. Les rogaba a los dioses que esto funcionara. Había vuelto por él. Estaba sola pero los lobos me apoyaban. Estaba nerviosa. Justo antes de los primeros rayos del sol en el horizonte, pronuncié las palabras con esperanza y determinación. Renunciaría a mis poderes, valía ser solo una humana sin magia si su corazón volvía a latir. La tierra absorbió cada gramo del don con el que había nacido, dejándome al borde de la muerte. El sol salió y yo cerré mis ojos.

Al despertar, era de noche. Imaginé que no había funcionado. Me sentía mareada, la brisa era fría. Entonces fue cuando lo noté. Sus brazos me rodeaban acunándome contra su pecho. Algunos detalles habían cambiado, ahora parecíamos de la misma edad.


-Freya…


-Will. Te prometí que volvería…


Sus ojos nuevamente eran de color dorado. Ahora era completamente su magia, solo suya. Y yo era humana. Ambos estábamos con vida…

Her request took me by surprise...

I had never met a witch before and I had never been asked such a thing. But for her I was willing to do that and much more.

Her mother had taught her well, but she had taught her little. The necklace around his neck had a purpose, it channeled his powers. Her whole body was filled with energy and the hessonite stone helped her materialize her power, though most of the time she had used it to fuel the growth of fruits in the earth. Just that. She didn't know how to heal herself but she didn't want to die so soon either.

The wolves dug a deep pit in the ground for her. Later I understood that they cared for her and had been her only companion after her mother's death. Even while crying I managed to lay her down with difficulty on the earthen bed. Her request was to bind her life to mine until I could find a way to bring her back. Being a child, I honestly didn't understand much of what was going on, but she had saved my life and I didn't want to lose her. I agreed and lying side by side, holding hands holding the necklace, she uttered with great effort many words I didn't understand at the time. As Freya went limp, I felt a tingling sensation rising from my hands and spreading throughout my body. Before she closed her eyes for good, she looked into mine and smiled. Since that day my brown eyes had changed to gold, it was the presence of her magic that now inhabited my body. She said...


-Thank you, Will... Don't worry. If you don't manage to find the answers, I'll still be grateful to have had you as a friend.


-Wait for me. I'll be back, I promise...


And sleep had finally overcome her. I cried many hours after that, there in front of the wolves that looked like sad statues around us. I remembered what had happened. Everything from the moment I entered the forest, and I felt guilty. Maybe if I hadn't met her, Joshua wouldn't have killed her. When I accepted that she would not wake up was when I covered her body with earth, while the orange and red colors covered the sky for the sunset. When I finished I went into the cabin as it began to rain and fell asleep in front of the fireplace I had lit.

When I woke up, I sleepily looked for it. Much to my chagrin I remembered she was gone. She had mentioned a diary, I looked for it and packed it along with some supplies. The trip was crazy, but I didn't want to fail the one person who had trusted me.

As I left the cabin I couldn't help but scream out of fright. At that time I didn't know what that strange flower was called. Everything around the cabin seemed to have been invaded by ghosts or it seemed at least that skulls had been planted somehow. After the astonishment I realized that it was just a very rare kind of plant. It had grown overnight and the source was where she now slept.

"Antirrhinum majus" or "Dragon's Mouth". It was years later that I was able to understand that they had grown around her to protect her rest. I guess they were the ghosts people referred to when they talked about the forest.

After three years of working from town to town and almost being stolen by other children like me, she found me. I had traveled thousands of miles from Freya's cabin and could finally afford the luxury of hope to keep my promise.

Agatha... A silver-haired, middle-aged woman who recognized the necklace around my neck. At first she thought I had stolen it, but after I swore to her that this was not the case, she became curious. Wary, I didn't want to tell her anything and avoided her interrogation. A few days later I saw her again, accompanied by two other women who wanted to meet me. Two other women wanted to meet me. Finally we went to her house in the village, one of them took my hand and said....


-Your eyes. You have something inside you that is not yours, child. Where did you get that power and that necklace?


They seemed to know my secret, so I decided to tell them. I had found those who would help me keep my promise. In the mountains, far from any village, I became an apprentice. They took care of me, protected me, fed me and watched me grow. If they had not found me, I could not have made it.

I learned to control the magic that inhabited my body, Freya's magic. To use it, to cherish it and to trust it. It was strange that the most valuable thing I had, was not mine. This magic, the necklace and her journal. 130 pages of thin, inexperienced handwriting, of drawings of trees and flowers, of confessions and thoughts of a girl who had no one to talk to and trusted no one, who had lost her mother and her only friends had been wolves in the forest. Until I arrived. It had only been a few days, but she had written about me and our days together. I had read that journal every day, knew every word and remembered every picture. I missed her.


···

-Are you ready, Will?


-Yes, I am.


-Are you sure you want to do this? None of us will blame you if you are afraid and don't want to do it anymore. We don't want to lose you either, you are one of us.


-Agatha, I want to thank you. Thank you for finding me that day and taking me off the streets, for giving me a family. Although I know it wouldn't have been like that if I didn't have Freya's power.


-It's true. You're the only human without magic to come here. Well, not without magic exactly. But you should know that after all these years, you've earned a place in the coven and we love you dearly with or without magic. What you're doing for your friend is very noble, but....


-It's what I want. This is what I've lived for all these years, this is what I've prepared for. I am ready.

···


Today marked 3,333 days since I had last seen her. And today I would finally see her again?

I remembered the path, the trees were the same. As soon as I entered the forest I could feel the gaze of the wolves. Many things had changed and I almost felt that they were welcoming me.

When we got to where Freya was buried I saw again the skull flowers that had grown around her. There was red moss on the ground and the wolves were close by. We waited until the full moon was at its highest point and together with the twelve witches that accompanied me, I managed to keep my promise.

The wolves seemed to know what was coming and began to howl. I had seen many things over the years and yet it was still impressive to see how the breeze did its thing, the moss and earth opened up right where Freya's body lay. Agatha and the others pronounced the healing spell in chorus, as I gave up half my power kneeling on the ground.

Then everything stopped. The breeze, the howling, the chorus and the skull flowers all went to ash all at the same time. I felt myself being sucked in. I was about to faint, but I saw her. Out of the ground came her hand and then her body. Her face, she was frightened. A few years ago I had started the habit of giving up my vitality at every new moon, each time it left me weaker and weaker, but I knew it would be worth it. The results were before my eyes. Freya looked my age. Her eyes and hair were as I remembered them. She was covered in dirt, but I knew it was her.


-Freya...


-Will? Is that you?


-I promised you I'd come back...


I walked her to the stream nearby. She wanted to bathe despite the cold, she said it would make her feel even more alive. When she was dressed we lay down near the shore. We kept looking at each other. Finally she came over and hugged me. I was smiling in the dark, I could still afford to enjoy certain things. I reciprocated the closeness by cuddling her in my arms, lying there on the ground. After feeling her relax, she said....


-I know it's only been a few moments for me. It has literally been a blink of an eye for me. But I know it's been many years and I imagine you've been through a lot. I still can't believe you came back... for me.


I could see the starry sky and the moonlight illuminated enough to distinguish shapes in the night, so I closed my eyes and took a slow breath and then let it out. Still with my eyes closed, I said....


-3,333 days passed since the last time I had seen you. I only thought about you since you left. The first three years I had no idea what I was doing, I was just... traveling and trying not to starve. I thought many times that it was too big a promise for a child to keep. I thought I would never see you again, I was about to give up to be honest. But then I met Agatha and the others.


-They're witches...


-Yes, they are. They knew almost immediately that I carried your power and recognized your necklace.


-Right... my necklace. Where is it?


Without moving much and without opening my eyes, I took the ring on my finger and put it on hers. Then I stroked her hair.


-I made it into a ring, it was more practical for me to have it on my hand when I was casting a spell as an apprentice. I hope you don't mind.


-It's... beautiful.


-It's yours, remember it....


-I've never been out of this forest. You've traveled a lot, so you'll be able to show me many places.


That's when I opened my eyes. I had prepared myself for this, and yet the moment had come. My chest had begun to ache.


-Freya... You will be able to travel with the coven. They will teach you everything you need. They will protect you and be your family from now on. You can trust them...


After a few minutes in complete silence, she moved away and sat down on one side. Looking into my eyes for an explanation, she asked in a trembling voice....


-What if I don't want to go with them? Why can't you and I travel together?


I could only look at her. Still lying on the floor I sighed, it was inevitable what was coming. I took her by the hand and urged her to lie down next to me again, her head on my chest. Stroking her hair I said slowly....


-I discovered the spell that would bring you back a couple of years ago, but I tried to find the solution to the consequences of it. I got nowhere, so I decided to stop procrastinating. From the moment you woke up the clock started ticking for me. I have 12 hours to bring you back the rest of your power, when I do my heart will stop beating.


-What? But... What if you don't give me the rest of that power? I don't want it if something happens to you. I don't think it's necessary, I...


-Freya. In the law of nature it's important to keep the balance. One life for one life. If I don't give you the rest of the power, we will both die. The spell must be completed.


-But... -How can you say that so calmly? There must be a way.


-There isn't. -There isn't. That's just the way it is. I've known for a long time what would happen if I managed to wake you. I knew I'd die, but I kept chasing after a way to keep my promise. To see you again. I have long since accepted my death. I've lived on borrowed time, with borrowed power and borrowed family. But I'm grateful, it's all been because of you. But it's over.

I felt the trembling of her body, she was crying into my chest. I understood that I would be the second person important to her to die. But she would live and that was the important thing. That was the way things had to be. And now she could count on a coven, a family, she would never be alone. We spent the night lying there on the moss near the stream. She had not stopped crying and hugging me. I told her about the places I knew, the spells I learned, the food I tasted. From time to time I made her laugh. Until she fell asleep and I could watch her. She was beautiful. I was sure she would break several hearts, if her ferocity allowed her to. I just knew that she had certainly conquered mine.

I waited for daybreak and looked for some fruit for when she woke up. When she did, she smiled at me. And I smiled back, full, sincere and flooded with longing. Then I could see the change in her face, she remembered what was about to happen, now she was somewhere between sad and angry.

We walked back to the cabin together, holding hands. I said goodbye to each of the women who had been my family for six years. Some were crying and others didn't want to give in to sentimentality. With a big hug and a kiss on her hand, I thanked Agatha again as I watched her cry.

Before I lay down in the same pit from which Freya had emerged, the wolves that had never approached me before, came and rubbed against my legs. I was no expert but I think they were saying goodbye to me, so I petted them.

Already on the floor, Freya lay down next to me like the night before. Like 9 years ago when she was bleeding out, just being kids. The chorus started again, but this time it was different words, at a slower pace. Looking into her eyes I began to pronounce the spell that would restore the life force of the beautiful red-haired girl lying next to me. Her power was leaving me with every second. The tingling I had felt years ago, I felt it again. This time from all over my body culminating in my hands clasped in hers. An overwhelming tiredness and sleepiness was what washed over me. I managed to see a couple of tears falling down her cheek. I could only smile at the end when I heard her say....


- Wait for me. I'll be back, I promise...


He was gone. I had woken up again in the middle of the night dreaming of the moment when he had closed his eyes, perhaps forever. His diary under my pillow and the necklace, which I had turned into a ring, on my finger reaffirmed to me that it was just another night he had not returned.

In her diary, 603 pages told me in detail everything that had happened in her life during the time I was asleep. I had stayed with the coven for several years and then decided to travel on my own. I had been raised as a daughter, as a sister. I no longer needed the ring to channel my power, but I wore it because it reminded me of him. I had visited all the places he had been and tasted all the food he had tasted. I had even kept his grimoire. I had never met anyone like him again. It was strange that someone would risk so much for another person. Once a year I would visit the place where I slept, yielding my vitality to him. I missed him.

It had been thirteen days since I had encountered another coven, this time it was only men. I was not well received, but at least one of them was courteous to me and had given me the answers I needed.

Today marked 3,333 days since I had last seen him. I prayed to the gods that this would work. I had come back for him. I was alone but the wolves were supporting me. I was nervous. Just before the first rays of sunlight on the horizon, I spoke the words with hope and determination. I would give up my powers, it was worth being just a human with no magic if his heart would beat again. The earth absorbed every ounce of the gift I was born with, leaving me on the edge of death. The sun rose and I closed my eyes.

When I awoke, it was night. I imagined it hadn't worked. I felt dizzy, the breeze was cold. That's when I noticed him. His arms were around me, cradling me against his chest. Some details had changed, now we looked the same age.


-Freya...


-Will. I promised I'd come back....


Her eyes were golden again. Now it was completely her magic, hers alone. And I was human. We were both alive...