Entrada al Concurso de microrrelatos fantásticos de Literatos | Chivik y su noche mágica

Era una noche como cualquier otra para la dulce chivik, mirando las estrellas, soñando con danzar en lo alto del cielo, se preguntaba con un poco de nostalgia, ¿algún día lo lograre?.

De pronto se escucha un aleteo a sus espaldas, era su amiga la mariposa resplandeciente que estaba aterrizando.
¿Qué haces aquí solita chivik?

Estoy admirando la luna ¿en algún momento has querido bailar en lo alto del cielo?

Por supuesto que si, seria maravilloso, ven montate en mis alas se que te encantar y no pongas esa cara, creeme son muy fuertes.

Después de oír esas palabras, chivik se montó en las alas de su amiga la mariposa y emprendieron vuelo.
Fueron varios los lugares visitados, su viaje comenzó en Margarita (Venezuela), llegaron al puente de San Francisco, a lo lejos se escuchaba una música muy alegre y chivik bailaba como tanto le gustaba hacerlo, no pasó mucho tiempo y siguieron su viaje, se encontraban en París danzando música clásica, era una noche de alegría, bailes y risas, la mariposa también danzaba y movía sus alas enérgicamente, su travesía atravesó el desierto y se encontraron en Arabia Saudita, donde la danza del vientre fue la protagonista, de verdad estaba siendo una gran noche.

La luna estaba llena, en su máximo esplendor y a pesar de toda la alegría y diversión, chivik sentía que le faltaba algo.

hey que pasa aun la noche no termina, no te desanimes que aun falta una parada.

JaJaja ¿queeee? he recorrido el mundo en tus alas, que tienes en mente ahora pequeña mariposa.

Hey soy pequeña pero poderosa ya veras. Primero necesito un café super fuerte y luego nos vamos, preparateee.

20 minutos y muchos aleteos después, ante los ojos de chivik estaba su sorpresa, nada más y nada menos que la luna, musica y muchos otros seres vivos, su asombro era tal que no se movía de su lugar, sus ojos eran enormes y no podía dejar de ver aquella escena.

A bailar chivik que aun la noche es joven.

Bailaron sin cesar, a lo lejos se escuchaban los zapatos resonar y las risas inundaban el universo entero, una verdadera noche mágica

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Ecency