Chichones
Planea el alcatraz sobre el fresco Manzanares.
La buen ave ve aquí y allá, y avizora verde palma.
Busca cocos para impresionar. No tiene calma.
Planea y quiere hacerle a la alcatraz, malabares.
Practica, pero le caen cocos: centenares.
Uno tras otro: ¡tok, tok! ¡Chichones! Su pobre alma.
Yacen los Andes en su cabeza. Se desalma.
Él, caribeño, alza vuelo hacia aguas populares.
El Chichones tiene su fe y plumas alumbradas.
Recuerda regio a Cubagua y sus albas perlas.
Piensa a su amada dar un collar de codiciadas.
Va presto y las recoge, pero empieza a perderlas.
Una tras otra, ya por las olas indignadas.
¡Ay! Son perlas de un corazón, y ella logró verlas.
Quise escribir algo cómico inspirado en su Coloquio bajo la palma, mi composición favorita del poeta, mas creo que terminó siendo una tragicomedia. Cosas del oriente..