** Proceso creativo **
Este cuento es reciente escrito con Nier Automata de fondo y corregido por una papa editora
Yggdrasil
Desde la montaña podía verse su brillo dorado que bañaba el cielo. Sus hojas por sí solas le conferían un manto celestial que brillaba más que el oro. Antes, sus raíces protegían el planeta y nos mecía en sus brazos. Ahora, estas envolvían el corazón del mundo. No para protegerlo, sino para alimentarse. El árbol se había corrompido y para saciar su hambre daba vida a seres que no se la merecían, o eso es lo que yo, en nombre de la humanidad, pensaba. En un principio eran hermosas chispas que danzaban con el viento hasta caer suavemente en la tierra. Eran esporas que abrían y liberaban a sus retoños, los cuales nos cazaban, se divertían con nuestro sufrimiento y nos devoraban. Hasta cierto punto su actitud era infantil e inocente, como la de cualquier recién nacido. No podían comprender el dolor que nos causaban. Solo seguían los designios de su padre como buenos hijos.
Hace ya mucho tiempo de eso, y a pesar de toda la sangre derramada y la destrucción causada, el Yggdrasil no ha perdido su brillo. Al contrario: ha aumentado. Porque él se alimentaba de la vida y a nosotros se nos estaba agotando. Había dejado de ser el árbol de la vida para convertirse en el nuevo dios de la muerte.
Espero les guste este microcuento. Un abrazo para todos.