As I have already told you, I am a primary school teacher and I have spent most of my teaching career in my school "Fe y Alegría". This institution takes care of children from pre-school up to young people who graduate as School Technicians in the speciality of their choice. I tell you this as a preamble to place you in the range of knowledge that we teachers have about the children who pass through our hands. Having said that, I will now tell you.

I remember that, as I do every year, I had one of my usual parent-teacher meetings in which I updated them on their child's academic performance and behaviour. It was not a meeting in which I talked in detail about the individual children, but one in which I referred to the behaviour and cognitive status of the section as a group.

I referred to the fact that in the new year there were a number of demands that they would have to take into account as part of their education that would go beyond the fulfilment of subjects and closer to their formation as individuals. This year we would take into account discipline and behaviour both in the classroom and around the school. All this in order to ask for receptivity and support at home. While I was still talking a mother stood up and said to me: "Teacher, but we have to let them be", she sat down and as she did not feel any support from the other parents who were there, she said something else between her teeth, and I continued with my conversation.

That year, in my notebook, he was the child who had the most serious misbehaviour and she was the mother I met the most. It was, in short, the consequence of "letting him be", without letting him see the consequences of his actions.

The following years I kept an eye on him and asked his teachers him, and he never changed his behaviour. He repeated 4th, 5th and 6th grades and in the middle of his first year of high school, he left school and I didn't hear from him until the day I found out that he had become one of the worst thugs in his community, that he had been in jail many times and finally that in an attempt to rob a bus, he found that there was a policeman, dressed in civilian clothes and in an exchange of shots, there was one that hit him and took his life.

Sadly, the problem is not to let them be, the real challenge is to do our job as parents and give our children tools (values), quality time, advice, reprimands (when the case deserves it), in short, a guide with indications which include rewards for the goals achieved and reprimands when they are not fulfilled.

Hoy quiero hablarles acerca de una frase en la que he estado pensando y en la que tristemente se escudan muchas padres y maestros cuando, desde mi punto de vista, simplemente la educación de su niño se le escapa de las manos.

Como ya les he contado, soy docente de primaria y la mayoría de mi carrera docente la he hecho en mi escuela "Fe y Alegría". Esta institución atiende niños desde prescolar hasta hasta jóvenes que se gradúan como Técnicos Medios en la especialidad que ellos hayan escogido entre las opciones que se les ofrecen. Les cuento esto como preámbulo para ubicarlos en el rango de conocimiento que tenemos los maestros acerca de los niños que pasan por nuestras manos. Dicho esto paso a contarles.

Recuerdo que, como todos los años, tenía una de mis acostumbradas reuniones de padres y representantes en las cuales les ponía al día en lo relativo al desempeño y comportamiento de su niño(a). No era una reunión en la que detalladamente hablara de cada uno de los niños, sino una en la que hacia referencia al comportamiento y al estatus cognitivo de la sección en general.

Les hacia referencia a que en el nuevo año que comenzaba había una serie de exigencias que deberían tomar en cuenta como parte de su educación y que irían más allá del cumplimiento de las asignaturas y más cerca de su formación como personas. Ese año tomaríamos en cuenta la disciplina y comportamiento tanto en el aula como en los alrededores de la escuela. Todo esto con el fin de pedir receptividad y el apoyo en casa. Mientras hablaba, una mamá se levantó y me dijo: "Maestra, pero a ellos hay que dejarlos ser", dicho esto se sentó y como no sintió ninguna aprobación de los demás representantes que allí estaban, dijo algo más entre dientes y yo, seguí con mi reunión.

Ese año, en mi cuaderno de insidencias, fue el niño que más faltas graves tuvo y ella, la mamá con quien más me reuní. Fue, en definitiva, la consecuencia de "dajarlo ser", sin dejarle ver las consecuencias de sus acciones.

Los años siguientes estuve pendiente de él y le preguntaba a sus maestros, y el niño, nunca cambió su forma de actuar. Repitió 4, 5 y 6to grados y a mitad de 1er año de bachillerato, dejó la escuela y no supe de él hasta el día que me enteré que se había convertido en uno de los peores delincuentes de su comunidad, que había estado en la cárcel muchas veces y por último que en un intento de robar un autobús, se encontró con un policía, vestido de civil y en un intercambio de disparos, hubo uno que dió en su humanidad quitándole la vida.

Tristemente, el problema no es dejarlos ser, el real reto es cumplir con nuestra labor como padres y darle a nuestros niños herramientas (valores), timepo de calidad, consejos, reprensiones (cuando el caso lo amerite). En definitiva, una guía con indicaciones las cuales traigan consigo, premios por las metas cumplidas y llamados de atención cuando sean incumplidas.

Quisiera, ya para finalizar, compartir contigo algo que leí una vez y que, palabras más palabras menos dice: