Pancho estaba cansado de las vejaciones y las pérdidas en las que incurría cada vez que su negocio prosperaba. Por culpa de la envidia y la delincuencia, había sufrido muchos robos, más de lo que cualquier persona podría sufrir en su vida.
Especialmente era todo un sacrificio comprar vehículo en aquel país, pero luego de mucho esfuerzo y ahorros Pancho lo lograba y compraba su propio transporte. Lo malo era que a los pocos días de haberlo adquirido, las bandas de ladrones armaban una misión para quitarselo.
Cuando Pancho acudía a la policía, golpeado y triste para denunciar el robo, tenía que pasar la tediosa tarea de llenar formularios, responder interrogatorios, salir y entrar de numerosas oficinas, y esperar largas semanas para terminar siendo ignorado por las autoridades.
Cuando superaba la depresión, ponía manos a la obra y trabajaba duro para comprar un nuevo auto. Esto ya le había ocurrido unas cuatro veces.
La quinta vez que le robaron el vehículo, no solo lo golpearon a él, sino que también lastimaron a su esposa que lo acompañaba. La policía le recomendó que se mudara de ciudad a un sitio más tranquilo.
Pero Pancho estaba harto de la situación, y esta vez tomaría venganza con sus propias manos. Para ello elaboró un plan bien estudiado.
Primero trabajó muchísimo para comprar un auto que estuviera de moda y fuera muy vistoso y costoso. Luego se aseguró de que lo vieran paseando y bebiendo whisky en su nuevo vehículo para llamar la atención de los maleantes.
No pasaron muchos días, y el pobre Pancho fue nuevamente víctima del hampa. Esta vez los ladrones lo dejaron golpeado y desnudo a las afueras de la ciudad.
Como en todas las oportunidades anteriores, acudió a la policía para poner la denuncia, y como en las ocasiones anteriores fue ignorado burocráticamente.
Pero a los pocos días algo cambió, Pancho fue llamado desde la estación por un detective que aseguraba que su auto había sido encontrado en perfectas condiciones.
Pancho corrió a la estación para recuperar su valiosa pertenencia. Al llegar, fue recibido por un detective de homicidios. Pancho estaba extrañado, se imaginaba que lo entrevistaría alguien de la división de robos, pero no fue así.
—Hemos recuperado su automóvil señor Pancho —dijo el detective con seriedad y entrelazando los dedos— pero tenemos un duda que creemos que usted puede responder.
—Con gusto oficial, usted dígame en que puedo ayudarlos —respondió Pancho algo inseguro.
—Cuando encontramos su vehículo, también hallamos a cuatro delincuentes buscados por la ley, todos ellos muertos dentro del auto. Uno de ellos tenía una botella de whisky medio llena en la mano.
—Pero no entiendo qué tiene que ver eso conmigo oficial —declaró Pancho sin rodeos.
—El estudio químico del contenido de la botella arrojó que tenía una potente cantidad de cianuro, y eso fue lo que mató a esos hombres, los sofocó en el acto —sentenció el detective.
Pancho negó saber nada al respecto, la policía no tuvo más remedio que dejarlo libre, pero en la cultura urbana se extendió el rumor de que Pancho orquestó su venganza de una forma clásica, que él mismo dejó el whisky envenenado como una trampa para los ladrones.
Con el tiempo, Pancho recuperó su vehículo y jamás nadie volvió a robárselo.
Esta es mi participación para el proyecto freewrite de @freewritehouse. El tema en el que se basa el escrito es: “sofoco” Y me gustaría aclarar que esta historia se basa en narraciones que alguien me contara, supuestamente como una historia que realmente ocurrió, aunque desde luego esto es cuestionable.
Pancho was tired of the harassment and losses he incurred every time his business prospered. Because of envy and delinquency, he had suffered many robberies, more than any person could suffer in his life.
It was especially a sacrifice to buy a vehicle in that country, but after a lot of effort and savings Pancho managed to buy his own transportation. The bad thing was that a few days after he bought it, gangs of thieves would go on a mission to take it away.
When Pancho went to the police, beaten and sad to report the theft, he had to go through the tedious task of filling out forms, answering interrogations, going in and out of numerous offices, and waiting long weeks to end up being ignored by the authorities.
When he got over his depression, he would get to work and work hard to buy a new car. This had already happened to him about four times.
The fifth time his vehicle was stolen, not only was he beaten, but his wife, who was with him, was also injured. The police recommended that he move to a quieter place.
But Pancho was fed up with the situation, and this time he would take revenge into his own hands. To do so, he came up with a well-thought-out plan.
First he worked very hard to buy a car that was fashionable and very colorful and expensive. Then he made sure he was seen cruising and drinking whiskey in his new vehicle to attract the attention of the crooks.
Not many days passed, and poor Pancho was again a victim of the underworld. This time the thieves left him beaten and naked on the outskirts of the city.
As on all previous occasions, he went to the police to file a complaint, and as on previous occasions he was bureaucratically ignored.
But a few days later something changed, Pancho was called from the station by a detective who assured him that his car had been found in perfect condition.
Pancho rushed to the station to retrieve his valuable belongings. Upon arrival, he was greeted by a homicide detective. Pancho was puzzled, he imagined he would be interviewed by someone from the robbery division, but that was not the case.
-We have recovered your car, Mr. Pancho," said the detective with seriousness and interlacing his fingers, "but we have a question that we believe you can answer.
-With pleasure officer, you tell me how I can help you - answered Pancho somewhat uncertain.
-When we found your vehicle, we also found four criminals wanted by the law, all of them dead inside the car. One of them had a half-full bottle of whiskey in his hand.
-But I don't understand what that has to do with me, officer," Pancho stated bluntly.
-The chemical study of the content of the bottle showed that it had a potent quantity of cyanide, and that was what killed those men, it suffocated them in the act -sentenced the detective.
Pancho denied knowing anything about it, the police had no choice but to let him go free, but the rumor spread in the urban culture that Pancho orchestrated his revenge in a classic way, that he himself left the poisoned whiskey as a trap for the thieves.
Eventually, Pancho got his vehicle back and no one ever stole it again.
This is my entry for @freewritehouse's freewrite project. The subject on which the writing is based is: "suffocation" And I would like to clarify that this story is based on narratives that someone told me, supposedly as a story that really happened, although of course this is questionable.
Fediverso: https://dline.xyz/latinoromano
Escrito original de G. J. Villegas @latino.romano
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