El tío Lewis nos visitó el fin de semana. Estaba de vacaciones de su agotador trabajo, al menos eso dijo él. Lo cierto es que es un tipo muy interesante, aunque yo creía que su oficio era simple y poco vistoso. Permítanme contarles lo que ocurrió la noche del sábado, cuando mi tío llegó a casa para cenar con la familia.
—¿Cómo van las cosas en la oficina hermano, aún sigues intentando entender a los inversionistas japoneses? —preguntó tío Lewis para estimular la conversación.
—Debo asegurarte que no es fácil, pero vale la pena todo el esfuerzo. Esta casa, y la educación del niño no se pagarán solas —respondió mi padre, siempre orgulloso de sus logros.
—Tío Lewis —intervine yo con vivaz interés—¿A qué te dedicas? ¿Cuál es tu trabajo? —quise saber, debido a que no veía mucho a mi tío. Él vivía muy lejos en una gran ciudad y apenas venía cada dos o tres años a visitarnos.
—Deja a tu tío en paz y come tu ensalada —me dijo mamá casi inmediatamente.
—No, déjalo… está bien, con gusto le contaré —replicó mi tío.
Yo me serví un poco más de agua. Sobre la mesa había una botella de vino, pero no me dejaban probarlo, no sé por qué, pues tengo casi diez años de edad, por lo que soy un niño muy viejo; pero ese argumento no parece convencer a mis padres.
—Verás pequeño, yo trabajo en una pizzería muy especial —comenzó a relatar tío Lewis—, y mi trabajo consiste en repartir los pedidos que la gente hace por teléfono.
—Así que eres repartidor de pizzas —dije en tono aclaratorio.
—Sí, exactamente —afirmó tío Lewis—, pero, como dije antes, es una pizzería muy especial.
—¿Qué tiene de especial? —pregunté.
—Nosotros nos especializamos en entregar las pizzas más rápido que nadie en la ciudad. Y el arma secreta para lograrlo… soy yo sobrino.
—¿Tú, tío Lewis?
Mi tío asentía con la cabeza, y mamá y papá sonreían mientras cruzaban miradas.
—Tengo una serie de vehículos muy veloces con los que hago mi trabajo. Son como los supervehículos de los superhéroes que ves en el cine.
—¿En serio tío?
—Desde luego. Tengo una motocicleta con la que puedo colarme en el tráfico más pesado, a la hora más concurrida, y parezco un piloto de carreras cuando estoy montado en ella. Todo el mundo me reconoce porque al pasar se siente el aroma delicioso a pizza caliente de mis encargos.
—Vamos tío, hay muchos repartidores con motocicletas veloces —protesté rápidamente.
—¡Bah! Ninguno es tan veloz como yo, te lo aseguro, además, yo tengo una clientela muy especial… pero es un asunto confidencial, así que no sé si debería contarles esto a ustedes…
—Claro que sí tío Lewis, puedes contarnos, yo guardaré tu secreto, ¿verdad mamá? —dije emocionado.
—Bueno, está bien, si insistes… Verás, la pizzería tiene clientes exclusivos que aman la pizza. Algunos viven en lugares a los que solo puedo llegar con algunos de mis supervehículos.
Debo confesar que me intrigó mucho la historia de tío Lewis. Mamá siempre decía que él era un vaga mundos, así que finalmente podría entender a que se refería con esa expresión.
—Por ejemplo —continuó diciendo el tío Lewis—, una vez tuve que llevarle una pizza a un pulpo en el fondo del mar.
—¿A un pulpo, en serio?... Tonterías —dije.
—Sí, a un pulpo, era un sujeto agradable, me dio buena propina, pero también tuve que acompañarlo un rato porque se sentía solo. Había terminado con su novia, y me confesó que algunos tiburones lo andaban buscando para matarlo por tener los tentáculos metidos en muchos asuntos… ya sabes, cosas de… pulpos. Luego tuve salir muy rápido de allí porque alguien llamó a la policía… o algo parecido.
Yo no entendí qué quiso decir tío Lewis, pero mamá y papá le lanzaron una mirada muy seria. Así que no me atreví a pedir una explicación, solo me imaginé al tío Lewis en el fondo marino entregando su pizza al señor pulpo.
—Pero he tenido otras aventuras —dijo tío Lewis cambiando de tema—. Una vez fui muy lejos… al espacio… a llevar una pizza con doble queso. Era en un lugar muy pequeño, el tipo parecía que vivía en una roca…
—¿Cómo un planetoide? —pregunté.
—Sí, supongo que puede llamársele así. Pero me cansé de llamar al cliente y no apareció nunca a recibir la pizza. Parece que el sujeto estaba… ya saben… volando por el espacio en su propia misión. Había polvo blanco por todas partes…
—¡Lewis, basta! —le gritó mi madre.
—Quizá era polvo lunar tío —intervine yo.
—No lo creo hijo —dijo mi papá con el ceño fruncido—. Este tipo de… astronautas… nunca han pisado la luna…
—No físicamente —completó mi tío la frase, incluyendo una carcajada.
Mi papá lo fulminó con la mirada. De nuevo no entendí a lo que se referían, pero me imagine al tío Lewis entregando su pizza en el espacio.
Papá comenzó a contarle al tío sobre mi escuela, y sobre cómo me gustaba leer muchos libros y hacer dibujos de paisajes. Luego mamá sirvió un delicioso postre de piña. Me comí dos trozos. Tío Lewis tenía un arete muy brillante en una de sus orejas, yo estaba pensando en preguntarle por qué llevaba puesto eso, pero creo que mamá me leyó el pensamiento, porque cuando el tío fue al sanitario por un par de minutos, mamá me amenazó con castigarme si mencionaba algo sobre el arete.
La cena terminó, y el tío Lewis prometió contarme más historias de sus aventuras a la mañana siguiente. No sabía que repartir pizza fuera tan divertido. Cuando sea mayor, me gustaría ser un vaga mundos como mi tío Lewis.
Gracias a estos testigos por su apoyo constante y orientación, ustedes merecen un voto de confianza: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a
https://t.me/escritosdelatinoromano
Uncle Lewis visited us at the weekend. He was on holiday from his exhausting work, at least that's what he said. He is a very interesting fellow, though I thought his trade was simple and unglamorous. Let me tell you what happened on Saturday night when my uncle came home for dinner with the family.
-How are things at the office, brother, are you still trying to understand the Japanese investors? -Uncle Lewis asked to stimulate conversation.
-I must assure you it's not easy, but it's worth all the effort. This house, and the child's education, will not pay for itself," replied my father, always proud of his accomplishments.
-Uncle Lewis," I interposed with lively interest, "What do you do? What is your work? -I wanted to know, because I didn't see much of my uncle. He lived far away in a big city and only came to visit us every two or three years.
-Leave your uncle alone and eat your salad," my mother said almost immediately.
-No, leave him alone... it's OK, I'll be happy to tell him," my uncle replied.
I poured myself some more water. There was a bottle of wine on the table, but they wouldn't let me taste it, I don't know why, as I'm almost ten years old, so I'm a very old boy; but that argument doesn't seem to convince my parents.
-You see, little boy, I work in a very special pizzeria," Uncle Lewis began, "and my job is to deliver people's telephone orders.
-So you're a pizza delivery boy," I said in a clarifying tone.
-Yes, exactly," said Uncle Lewis, "but, as I said before, it's a very special pizza place.
-What's so special about it? -I asked.
-We specialise in delivering pizzas faster than anyone else in town. And the secret weapon to achieve that... is me, nephew.
-You, Uncle Lewis?
My uncle nodded, and mum and dad smiled as they exchanged glances.
-I have a series of very fast vehicles that I do my work with. They're like the superhero vehicles you see in the movies.
-Really, man?
-Of course. I have a motorbike with which I can weave through the heaviest traffic, at the busiest time of day, and I look like a racing driver when I'm on it. Everyone recognises me because I can smell the delicious aroma of hot pizza from my orders as I pass by.
-Come on, man, there are a lot of delivery boys with fast motorbikes," I quickly protested.
-Bah! None of them are as fast as me, I assure you, besides, I have a very special clientele... but it's a confidential matter, so I don't know if I should tell this to you?
-Of course you should uncle Lewis, you can tell us, I'll keep your secret, right mum? -I said excitedly.
-Well, okay, if you insist... You see, the pizzeria has exclusive customers who love pizza. Some of them live in places I can only get to with some of my supercars.
I must confess that I was very intrigued by the story of Uncle Lewis. Mum always said he was a world-wanderer, so I could finally understand what she meant by that expression.
-For example," Uncle Lewis continued, "I once had to take a pizza to an octopus at the bottom of the sea.
-An octopus, really? Nonsense," I said.
-Yes, to an octopus, he was a nice guy, he tipped me well, but I also had to go with him for a while because he was lonely. He had broken up with his girlfriend, and he confessed to me that some sharks were looking for him to kill him because his tentacles were involved in a lot of... you know, octopus... octopus stuff. Then I had to get out of there really fast because somebody called the police... or something like that.
I didn't understand what Uncle Lewis meant, but Mum and Dad gave him a very serious look. So I didn't dare ask for an explanation, I just imagined Uncle Lewis at the bottom of the sea delivering his pizza to Mr. Octopus.
-But I've had other adventures," said Uncle Lewis, changing the subject. Once I went far away... into space... to deliver a double cheese pizza. It was in a very small place, the guy looked like he lived on a rock...
-Like a planetoid? -I asked.
-Yeah, I guess you could call it that. But I got tired of calling the customer and he never showed up to get the pizza. Seems like the guy was... you know... flying through space on his own mission. There was white powder everywhere...
-Lewis, stop it! -my mother yelled at him.
-Maybe it was moon dust, man," I interjected.
-I don't think so son," said my dad with a frown. These kind of... astronauts... have never set foot on the moon...
-Not physically," my uncle completed the sentence, including a laugh.
My dad glared at him. Again I didn't understand what they meant, but I imagined Uncle Lewis delivering his pizza in space.
Dad started telling uncle about my school, and how I liked to read lots of books and draw pictures of landscapes. Then mum served a delicious pineapple dessert. I ate two pieces. Uncle Lewis had a very shiny earring in one of his ears, I was thinking about asking him why he was wearing that, but I think mum read my mind, because when uncle went to the toilet for a couple of minutes, mum threatened to punish me if I mentioned anything about the earring.
Dinner was over, and Uncle Lewis promised to tell me more stories of his adventures the next morning. I didn't know delivering pizza was so much fun. When I grow up, I'd like to be a wanderer like my Uncle Lewis.
Thanks to these witnesses for their constant support and guidance, you deserve a vote of confidence: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a
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Escrito original de G. J. Villegas @latino.romano
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