Al Filo del Silencio |

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No dejes
que el filo del silencio
hable por nosotros,
no permitas que
cometa su exceso
y ante la falta de tu voz,
sea la sospecha
la que haga ruido.

Es la confianza la que no debe callar,
es la excusa la que sí puede y debe
reservarse su grito para que
siempre conversemos.

No dejes
que el filo del silencio
hable por nosotros,
que sea el deseo
el que, desaforado,
imponga su bramido
cuando la empatía se arrastre
por lo que nos hemos callado.

En palabras más, que sea
menos traicionero el silencio,
si con descaro
nada más admitimos
el sonido de un beso
y no el que emite
el ritmo cardíaco
en una despedida.

No dejes que el filo nos corte,
ni que pronuncie por nosotros
lo que conversamos con miradas,
lo que dialogamos con suspiros,
ni aquellas charlas que platican
con comunes intentos
de hacer lo necesario
para estar unidos.

Hablemos, siempre hablemos,
amén de decirnos en alto
las verdades ásperas
que cambian al silencio
de romántico a incómodo,
mas recuerda que podemos
intentar quitarle filos
a todo lo que aún
no nos hemos declarado...