parece que pesa, porque lo arrastras con valor"
Aquel frailejón sigue de largo, va con afán, con su equipaje pesado. No mira nada, es como si observar lo desviara, inventaré alguna táctica, para que me deje ver, lo que lleva con tanta vigilancia.
Le ofrezco una galleta, asustó al frailejón con una cerda, intentó del camino desviarlo, pero él es audaz, no quiere dejar ver, lo que lleva en sus manos.
Me marchó a buscar la noche, así cuando duerma podré ver lo que esconde, pero, no encuentro nada, la noche parece estar muy bien guardada. Cuando empieza el frío de la tarde, el frailejón se detiene y su maleta abre, da tres golpes y sale rodando rápido la noche.
Tras un rato, todo el cielo se ha apagado, el frailejón la noche estaba cuidando, para que nadie se robe el descanso y mientras él duerme, yo me marchó.
Créditos Margarita Palomino