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Desde hace décadas ha tomado fuerza nuevamente hablar de crisis, y se ha hecho desde distintas ópticas y en diferentes ámbitos. No es mi interés abordar una parcialidad sino traer aquí reflexiones generales, si se quiere filosóficas, sobre la crisis en sentido humano, más ahora que la pandemia ha acentuado la preocupación y meditación de muchos.
Fernando Yurman, de origen argentino, psicoanalista y docente universitario en Argentina y Venezuela, es autor de libros donde aborda temas de su campo de trabajo en relación con la cultura, entre los que pueden nombrarse La identidad suspendida, Crónica del anhelo , Lo mudo / lo callado, entre otros.
El derrumbe de los ideales no es nuevo en la historia, pero lo complica la condición masiva e irreparable que hoy arrastra.
El filósofo y ensayista Ramón Xirau -si bien natural de España, vivió casi toda su vida en México- ha sido uno de los más lúcidos pensadores latinoamericanos. Su obra se compone de libros de gran relevancia; cito los que he leído: Palabra y silencio. Mito y poesía, Poesía y conocimiento, El tiempo vivido.
Una crisis puede ser decadencia o puede ser nacimiento y re-nacimiento. No hay que decir como Dante lasciai ogni speranza (“abandonad toda esperanza"). Es posible –no es seguro– que los árboles nos impidan ver el bosque y que las ramas nos impidan ver el árbol. Pero acaso lo que la humanidad de veras busca es lo que Bergson llamaba un surplus d’âme (“suplemento del alma”)
A Maurice Blanchot lo he traído aquí varias veces, pues es para mí uno de esos pensadores fundamentales de la cultura que dio el siglo XX. Ahí sus libros: El espacio literario, Diálogo inconcluso, El libro que vendrá, La escritura del desastre.
Toda búsqueda es una crisis.
Como bien precisa el insigne investigador, Joan Corominas en su Diccionario etimológico de la lengua española, la palabra crisis, deriva del griego krisis que significa "decisión". Esa parece ser la significación que predomina en dos de las reflexiones citadas.
Quizás la de Yurman, en sí misma, apunte en otra dirección (aunque pudiera contener ese significado también). Se orienta a, en primer lugar, reconocer que nuestra principal crisis es de ideales y que han ocurrido otras veces en la historia de la humanidad; mas, subraya que la contemporánea ha cobrado mayor fuerza por ser masiva (los medios y redes la han esparcido: "aldea global, según McLuhan), y que parece no tener vuelta atrás. Quizás sea un poco "negativa" esta visión, pero si revisamos qué "ideales" pueden haber entrado en crisis, algunos no retornarán, al menos no del modo como fueron pensados en sus inicios; pienso, por ejemplo, en el ideal de la felicidad total, de la utopía salvadora, del progreso compartido…
Las otras reflexiones (la de Xirau y Blanchot) podrán conectarse con el sentido etimológico. Las crisis ocurren por conductas o comportamientos, que son, en definitiva, acciones: Más allá de que puedan ser del todo conscientes o no, suponen el ejercicio de la voluntad. En consecuencia, en la crisis podría estar presente la voluntad de que algo cambie a favor del espíritu humano. Por ello, la tajante frase de Blanchot alcanza mucha contundencia: la inquietud, la inconformidad, la pregunta, el cuestionamiento inician una aventura que pone en entredicho, en ascuas, al alma; esa puede ser la oportunidad de otro encuentro.
