Escucha el latido de tu corazón
ese que te asegura
que aún estás vivo,
que te hace saber
las diversas emociones
que encontrarás
en tu camino.
Ese latido a veces es lento
porque todo a nuestro alrededor
llega a estar muy tranquilo,
pero en ocasiones
se acelera,
porque reconoce el amor
o por un sin fin de motivos.
Sus latidos a veces son tan fuertes
que te estremecen
y te dan escalofríos,
sin importar cuál sea la razón,
esos nos ponen nerviosos
y sentimos la sensación
de que lentamente morimos.
Nuestro corazón
es el centro de nuestros motivos,
puede estar lleno de tristezas
que nos bajan el ánimo
y nos llevan a un lugar solo y frío,
haciéndonos creer
que todo ya está perdido.
Pero también lo podemos llenar
de momentos grandiosos
que hemos vividos,
esos que nos harán saber
que todo tiene un propósito
y por eso existimo,
que debemos luchar por conseguir el camino.
Ese camino
donde nuestros latidos del corazón
consigan el equilibrio,
donde no vivamos sobresaltados,
pero aún así
podamos escuchar
la secuencia de sus latidos.
