me encuentro fotografiando un frío vecindario, observo un botón en el suelo
y tropiezo con un jóven lleno de misterio
me pregunta que hora es, yo le digo las 12:23
gracias dijo aquel hombre y así sin más decidió marcharse.
Rato después me encuentro en el restaurant de Margott, un café y mis fotos suelen acompañarme en ésta tarde lluviosa y en el retrato 23 al chico misterio logro ver.
Se oye una taza caer y en mil pedazos romper, su pecho se oprime y Margott dice: ¡Era él, mi hijo Mario Miguel! allí murió hace 3 años y justo hoy es su aniversario.
¡Gracias por leer!