El corazón entre las sombras - Relato

Fuente


El corazón entre sombras

Cuaderno de anotaciones
Fecha: 03-02-2017

La criatura del bosque, a la cual hemos apodado «verde» (una cuestión que tiene que ver más con un nombre en clave que con cariño) ha demostrado una mejoría notable en sus heridas. Estamos considerando la idea de que no tiene nada que ver con nuestros cuidados o nuestra medicina, sino con una función regenerativa de su propio cuerpo. Increíble, pero hay que ver para creer, lo cual no haremos si involucramos a las autoridades y al gobierno en esto.

Verde apareció en nuestro bosque, en nuestra pequeña ciudad, y somos nosotros, los adultos más laboriosos y responsables los que nos encargaremos de este asunto. Sabrá Dios qué otra cosa existe en el mundo que nos han ocultado, pero después de conocer a Verde, empiezo a creer que todo es posible. Me basta observar su rostro por unos segundos para que mi mente empiece a divagar, a perderse por extraños senderos y caminos de los que no hallo respuesta alguna, solo certezas, certezas inexplicables, certezas sin nombre.

¿Serán estas certezas producto de Verde? ¿Querrá trasmitirnos algo, podrá hacerlo sin siquiera hablar? Es una extraña sensación que confunde mi mente, mis sentidos, por eso evito quedarme a solas con este ser del cual no sabemos casi nada, y a pesar de ser insistentes y esforzarnos, sé que tardaremos nuestro tiempo en conocer algo. Si es que algún día lo logramos. No me quiero imaginar qué pasaría luego de intentarlo todo y no dar con ninguna respuesta, aunque a ciencia cierta tampoco sabemos qué pasará si damos con alguna. No parece haber una salida amigable en todo esto…

¿Debemos tener cautiva a Verde durante toda la vida, o deberemos matar a la criatura llegado el momento? ¿Sería fácil hacerlo o todo lo contrario? ¿Podríamos hacerlo sin sufrir daños por parte de este ser o sus aliados, en caso de tenerlos, de que hayan más, de que existan más, que todo apunta a que es así?

Solo nos queda esperar. El tiempo se encargará de darle las respuestas a estas cuestiones, o eso esperamos todos.




El chico tenía los ojos dilatados y cuando escuchó pasos acercarse, cerró el cuaderno con todas sus fuerzas, como si con ello pudiera quitarle gravedad al hecho de que había estado leyéndolo. Había soltado el objeto hacía unos minutos y se había escondido, inmóvil, entre la oscuridad. Aun así, sus manos seguían temblando frenéticamente, las llevó a su pecho y las mantuvo allí, arropadas y escondidas también.

Nadie venía, aun. No obstante, se quedó sentado en las sombras, cargando con el peso de su cuerpo, o de la verdad amarga recién descubierta, que se había instalado rápidamente en su interior y empezaría a carcomerlo a partir de ese día, como una bomba de tiempo con los segundos contados antes de explotar.

Escuchó su corazón, desbocado y de latidos irregulares. Por largo rato, fue lo único que escuchó. Su corazón en las sombras.


Partes anteriores de esta historia

El punto de partida

Las primeras anotaciones

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
3 Comments
Ecency