León Felipe, la poesía al desnudo

León Felipe, fallecido el 18 de septiembre de 1968, quizás sea considerado como una "rara avis" en la tradición poética española, pues fue un poeta que hizo una obra de decidido cuestionamiento a cierta preceptiva informulada, pero seguida por muchos. De extracción muy humilde y con una vida de penurias y andanzas, "fue un hombre de carácter enérgico e irascible, rebelde e inconformista", como reconocen algunos estudiosos. Comprometido con la causa republicana, cuando estalló la Guerra Civil Española adoptó el exilio como su alternativa y se residenció en México hasta su muerte. Fue autor de varios libros de poemas, entre los que destacan Versos y oraciones de caminante (1920), Español del éxodo y del llanto (1939) y El ciervo (1958).


León Felipe.jpg
Representación monócroma de León Felipe (1963) - Fuente - Dominio público


Es reconocida su traducción de Canto a mí mismo de Walt Whitman, lo que indica la influencia que este poeta fundamental en la modernidad tuvo en la visión poética de León Felipe. De allí, entre otras herencias, como la bíblica, su tendencia a desnudar el poema de adornos y rebuscamientos; así mismo, la renuncia a la métrica y su inclinación al verso libre y al versículo, con la presencia del rasgo prosaico; igualmente, en su poética sobresalen los temas cotidianos, tratados con mínimos elementos, en una búsqueda esencial por lo humano.

Ya hacia el final de su vida, publica un libro que es al que me quiero referir; un libro "síntesis de su trayectoria existencial y creativa", como dice la crítica. Reconozco que ese fue el libro con el que me relacioné inicialmente con León Felipe, luego de leer su versión del poema de Whitman. Me refiero a ¡Oh, este viejo y roto violín! (1965), estimado como su mejor libro.

Copiaré y comentaré brevemente de ese libro que aprecio solo un poema entero y un fragmento de otro; lamentablemente no tengo otra opción, pues varios que me parecen importantes tienen una larga extensión.


Portada de ¡Oh este viejo y roto violin!.jpg
Portada de mi ejemplar del libro citado - Fuente


Autobiografía


¿Eres tú un Profeta, León Felipe?
¡Oh, no!
Yo soy una cosa sin nombre
nacida de la Tierra.
Y sé menos que un labrador.
Soy un pobre ignorante labrador.
Tengo 81 años, estoy loco
y no sé para qué me trajeron aquí.
Oigo unas voces confusas
y enigmáticas
que tengo que descifrar.
A veces las escribo sin descifrar
para que las descifremos entre todos
porque no quiero que me engañe el Oráculo.
Dicen que soy un hereje y un blasfemo;
y otros aseguran que he visto la cara de Dios.
¡No es verdad!
Yo no he visto más que mi propio rostro
cuando me miro en el espejo.


Lo autobiográfico es un rasgo capital en la producción poética de León Felipe, aunque sabemos que eso puede ser ficcionalizado, como efectivamente lo es, pero dejando lo esencial de una concepción personal. Y así ocurre en este poema, donde la dicción poética está tocada central y transversalmente por cierta confesionalidad, de la que el autor se aprovecha para formular su reflexión acerca de la poesía, ese acto de "desciframiento" compartido de esta.


León Felipe, por Xulio Formoso - Fuente


Imaginación


Acaso esta substancia humana
es algo indestructible
que sabrá eternamente cantar.
Yo he cantado.
Con una voz…
¿Y cómo tiene que ser esta voz?
¿Por qué me ha preocupado siempre tanto la voz?
Tal vez no quede del hombre más que su voz…
su voz poética…
La poesía.
La poesía… ¿No es la que hace la historia?
Ésta ha sido siempre mi doctrina.
Todo lo ha hecho la fuerza poética del hombre.
Su imaginación:
la intrépida metáfora demiúrgica.
Dios, Cristo, los ángeles…
Todo lo ha creado el hombre
con su imaginación.
Voy perdiendo las fuerzas,
los sentdios,
el aliento…
pero aún me queda intacta
la imaginación.
Con la imaginación lo he creado todo,
lo he purificado todo…
He hecho una historia de Leyenda.
Mi Historia es una fábula infantil…

Este es un fragmento de un poema mucho más largo, dedicado, por cierto, a su esposa y a su hijo. En unos versos de un poema del mismo libro, el hablante expresa: "¿Desde dónde escriben los poetas? / Tal vez todo el secreto esté en esta pregunta". Y es que a esa pregunta intenta "responder" León Felipe en este hermoso poemario, y particularmente en este fragmento podemos verlo. Dice en uno de sus versos: "Tal vez no quede del hombre más que su voz…". ¿Se escribe la poesía desde ese anhelo de permanecer, incluso más allá de la palabra?

¡Que el poeta nos siga tocando su roto violín!


Referencias:

Águila G., José (2005). La “ficción suprema del yo”: influencia de Walt Whitman en León Felipe. Espéculo ( Revista de estudios literarios). Universidad Complutense de Madrid.
León Felipe (1981). ¡Oh, este viejo y roto violín!. España: Visor Libros.
https://es.wikipedia.org/wiki/Le%C3%B3n_Felipe

Les recomiendo este artículo: https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/recursos-1/colaboraciones/15006-el-poeta-que-tocaba-un-viejo-y-roto-violin-en-el-exilio?dt=1632010180423

***

Gracias por su lectura.

Gif diseñado por @equipodelta

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
6 Comments
Ecency