una pesadilla no pudiera despertar, su cara
se pone sudorosa, quiere
empezar a gritar.
Noches largas y oscuras, desea él poder
borrar, se detiene a pensar en todo
lo que ha vivido y de esos recuerdos
quisiera escapar.
Aturdido con las manos en la cabeza, tiene
el deseo de poder conversar, con alguien
que lo entienda y lo pueda consolar.
No le desea eso a nadie, que sus propios
recuerdos lo arrastren sin descansar,
dejándole un agotamiento como si no
hubiera final.
Cómo hace él ahora, si no hay vuelta atrás,
le toca cargar con sus duras penas hasta
que deje de respirar, por ahora solo
pide un poco de tranquilidad.
Amargura en su boca, es lo que logra saborear,
no percibe otros sabores que la vida a otros
les da a probar, por eso se siente abandonado
por eso que llaman felicidad.