Ojo: Puede contener spoilers
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Sin embargo, el regreso de Wentworth hará que las cosas entre ambos resurjan, y Anne tendrá que enfrentar por sí misma una de las decisiones más importantes de su vida: O seguir haciendo caso a la gente, convirtiéndola en un ser enteramente manipulable, o seguir el camino que desea sin pedirle opinión a nadie.
Adaptación de la novela póstuma de Jane Austen, la cual fue publicada junto con Northanger Abbey en 1817, Persuasión nos muestra cómo la sociedad puede influir en las decisiones de una persona, especialmente si ésta proviene de una familia donde las apariencias y el dinero eran más importantes que cualquier cosa en el mundo.
Anne se nos presenta como una persona que puede ser manipulada fácilmente con toda la sutileza del mundo; esto se ve desde las primeras escenas, cuando Elizabeth, la hermana mayor de Anne, le dice con un tono autoritario que vaya a visitar a su otra hermana, Mary, quien estaba casada con un contador local. Anne no pone ni un solo pretexto; con diligencia acude a la casa de su hermana enferma.
La reaparición de Wentworth en su vida hace que Anne empiece a evolucionar de forma sutil, enfrentando y comprendiendo el resentimiento de éste por haber roto su compromiso, y empezando a ser ella misma. Ignoro si de ese modo sucede en el libro, el cual recién estoy empezando su lectura, pero al menos en el film es palpable cómo la protagonista busca en medio de aquella travesía a sí misma.
La actuación de Sally Hawkins y Rupert Penry-Jones me parecieron excelentes; la química entre ambos era notable. La narrativa está muy bien escrita; uno como espectador empieza a empatizar con la pareja al mismo tiempo que termina odiando a algunos personajes (en este caso, a casi todos los Elliot).
Una película interesante para ver un fin de semana con un poco de té, galletas y, si se es demasiado sensible, un paquete de Kleenex a un lado.