Hell or high water (Película): "ladrón que roba ladrón..."

La semana pasada publiqué una reseña sobre la película True Grit, un western del siglo XIX con un sheriff borracho interpretado por Jeff Bridges. Un día después de haber visto esa gran cinta de los hermanos Coen, vi otra película, también ubicada en el Oeste americano (aunque en una época reciente) y también con Jeff Bridges como sheriff, como un ranger de Texas para ser más precisos.

Hell or high water, traducida como Nada que perder para latinoamérica y como Comanchería (¿?) en España, es una película de 2016 dirigida por David Mackenzie y protagonizada por Chris Pine, Ben Foster y el ya mencionado Jeff Bridges. Cuenta la historia de Toby (Pine), un hombre divorciado quien junto a su hermano Tanner (Foster), un ex presidiario recién salido de la cárcel, se dirige al Oeste de Texas para realizar una serie de atracos en bancos. Toby no cuenta con antecedentes criminales, pero es el cerebro de la operación y tiene una motivación poderosa: no perder la granja que ha sido de su familia durante muchos años. La propiedad está atada a una hipoteca que acumula intereses llegando a una suma altísima, contraída por su recién fallecida madre. En vida, la anciana se dejó engatusar por la gente del banco porque, como se trata de Texas - una región con petróleo bajo el subsuelo - se sabe que debajo de esa granja hay un yacimiento del famoso oro negro y previendo que no la podría pagar, los financieros planeaban desde el principio quedarse con la propiedad. Los hermanos no quieren dejar eso en manos de la institución bancaria y deciden asaltar varias sucursales de ese banco hasta hacerse con el dinero para pagar la hipoteca, no más.

El hecho de que quieran robar sólo lo suficiente para salvar su granja y que quieran hacerlo solamente en las sucursales del mismo banco que ha embaucado a tantos (como a su madre), logra que estos hermanos generen simpatía, no sólo en los espectadores, sino también con algunos personajes secundarios dentro de la película. Sin embargo, desde que roban el primer banco, comienzan a ser perseguidos como criminales - lo son - por el teniente Marcus Hamilton (Bridges), un ranger de Texas y su compañero Alberto Parker (Gil Birmingham).

Se trata entonces de un film policíaco y sería una historia más de policías y ladrones si no tuviera ciertos rasgos destacables como el soberbio guión y las grandes actuaciones de sus protagonistas. Pero además de esas cosas, la película es un retrato de la sociedad norteamericana que vive más alla de Nueva York y LA, cuenta la realidad texana: un estado enorme, caluroso, desértico, fronterizo, con una situación económica difícil para los habitantes, pero prometedora para las instituciones bancarias y las grandes compañías petroleras que han sabido aprovecharse de la crisis. Los granjeros que trabajan a pie, a la vieja usanza, lo tienen difícil.

También está presente la xenofobia. En Texas conviven norteamericanos, inmigrantes mexicanos y los nativos indios comanche, se pueden producir fuertes roces entre uno y otro grupo. El propio Hamilton, siendo el bueno de la película porque es quien persigue a los criminales, le hace bullying a su compañero por su raza (es mitad comanche y mitad mexicano) y aunque lo haga quizás en broma y le tenga la confianza de toda una vida, sus bromas son pesadas y tan reiteradas que provocan una sonrisa incómoda en los espectadores, aunque se encuentren de este lado de la pantalla.

Jeff Bridges es un actor muy reconocido por diversos papeles a lo largo de su carrera, pero Pine y Foster cuentan con una carrera más breve y bastante menos notoria. Sin embargo, los tres presentan unas actuaciones de lujo en esta cinta que ademá s tiene una buena dirección, un guión excelente y una muy buena fotografía. Obtuvo cuatro nominaciones para la 89a entrega de los premios de la academia, pero tuvo la mala suerte de competir contra La La Land, Moonlight, Manchester by the sea y Hacksaw Ridge y cada una de ellas le ganó en una categoría diferente. Hell or high water es un thriller policíaco, pero también un drama, un western, una película de acción que toca el tema de la familia y de la crisis económica del 2008; en fin que tiene de todo un poco y conjuga un producto final de calidad, un 8/10 para mí, recomendable para quienes les gusta el buen cine y para cuando quieran ver alguna buena película de acción que dure menos de dos horas (102 minutos en total) y que sea mucho más que sólo persecusiones a gran velocidad y balaceras.

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